Las valoraciones mayoritarias de la prensa española, dándole la razón a Santiago Abascal, han despreciado por mil motivos irracionales, y quizá por algún argumento más o menos racional, la moción de censura presentada por Vox. Normal. Era previsible. Sin embargo, mil enseñanzas surgen del acto político del Congreso. La menos relevante es considerarlo el primer acto electoral de la campaña del 28-M; y, sin duda alguna, la más importante no puede ser otra que la exhibición de feísmo y escasa estatura moral y política de la casta política española, especialmente reflejada en la figura de Sánchez que ha llegado a escupir que la moción de censura ha sido "un fraude a la Constitución".
Indirectamente la moción nos ha permitido conocer la opinión de los españoles. Sí, nadie puede olvidar la opinión de los ciudadanos sobre la cosa del Parlamento, que ha sido recogida en diferentes encuestas y estudios de opinión; por ejemplo, aquí tengo una encuesta que me manda el amigo Juan Carlos Bermejo, encargada y elaborada por él mismo y @thecentenator, que ilustra algo muy sencillo de entender: "La mayoría de los españoles respalda las propuestas de Ramón Tamames en la moción de cesura". Más del 55% de los españoles, según este estudio recomendado por Bermejo, comparte la propuesta de Vox de cambiar inmediatamente la ley electoral, para que todos los votos valgan lo mismo y evitar la sobreponderación de los votos a los partidos separatistas. También el 47% de los españoles comparten la propuesta de Tamames de garantizar la separación de poderes, fundamento de la democracia, para evitar el intento de controlarlos que ha hecho el Presidente Sánchez. Más del 57 % de ciudadanos están de acuerdo con Vox para cortar drasticamente el despilfarro de dinero por las administraciones públicas y así evitar el empobrecimiento de las familias.
Tampoco son despreciables los porcentajes de españoles que están de acuerdo con Tamames a la hora de garantizar que las medidas que se tomen contra la inflación en ningún caso beneficien de manera desproporcionada a las rentas más altas: 73.1%. Y un 53.4% apoyan la propuesta de encomendar la Sanidad Pública exclusivamente a profesionales y nunca a políticos, estableciendo una unificación nacional de la gestión. Parecidos resultados, 51%, son los que se refieren a la propuesta de cambiar inmediato las bases de la Educación Pública, potenciando el esfuerzo en los estudiantes, evitando la selección de profesorado por su ideología y suprimiendo las sinrazones lingüísticas. Y casi un 46% aprueba la medida de Tamames dirigida a garantizar la sostenibilidad de las pensiones acabando con el inmenso despilfarro público, suprimiendo la recién aprobada reforma-trampa que, basada en el expolio a trabajadores y empresas, no cubre ni la mitad del actual déficit del sistema de pensiones. Todos esos datos coinciden en gran medida con los del estudio demoscópico de la empresa Demoscopia y Servicios a propósito de la intervención de Ramón Tamames en la moción de censura de Vox.
Más allá del resultado final que nadie ignoraba, la moción de censura ha servido para expresar y canalizar opiniones políticas de los ciudadanos de a pie. Y por lo que se refiere al protagonismo de las agencias de socialización política la cosa es más o menos clara: el PSOE de Sánchez sale muy dañado, o sea, absolutamente deslegitimado para seguir en el Gobierno; por el contrario, Vox sale reforzado, y sospecho que el mensaje confuso del PP no le hará, mirándolo a medio plazo, demasiado daño electoral. En cualquier caso, Tamames ha mostrado las quiebras y vacíos clave de un sistema político en decadencia.