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La Hispanidad en el colegio Virgen del Carmen de Puerto Real, Cádiz

¿Por qué eliminar de los temarios, o silenciar, o censurar o impedir que se hable de unas cosas y no de otras?

¿Por qué eliminar de los temarios, o silenciar, o censurar o impedir que se hable de unas cosas y no de otras?
Marcelo Gullo, autor de 'Madre patria'. | Archivo

Evidentemente, la obra de España en la historia del mundo occidental, sobre todo, desde el descubrimiento de América, apenas es considerada en la educación española. Lo fue, mucho y no del todo bien, durante los años del franquismo. Luego lo fue, en los primeros años democráticos, mucho menos, aunque tampoco muy bien, cuando se consideraba progresista propagar la leyenda negra antiespañola que cierta izquierda quiso tragarse sin más.

Si durante las décadas de la Dictadura ningún discrepante pudo competir con los libros de texto y con los profesores obligados a seguir los manuales en las aulas españolas, ahora parece que, en demasiados casos, tampoco puede disentirse de la versión hostil a la llegada de España al continente americano, el Norte incluido. Si para los primeros el Descubrimiento y la extensión de España fue una obra extraordinaria y civilizadora, para los segundos, España colonizó y esclavizó todo lo que pudo succionando vidas y recursos sin respeto alguno.

"Esto nos lleva a reflexionar sobre por qué se recuerdan unos hechos y otros se olvidan, y de qué forma influirá esto a los ciudadanos del mañana. Sea como fuere, el tema dedicado al descubrimiento y la conquista de América está incluido en el temario de Secundaria de los libros de texto españoles, así como en diferentes países latinoamericanos", escribió la especialista Ana Irigoyen Bueno. Pero, ¿por qué se decide y, quién lo hace, recordar algunas cosas y olvidar otras?

Poco a poco, la enseñanza, que debería haber fomentado el debate crítico y riguroso sobre toda cuestión de interés para los estudiantes, esos ciudadanos en estado de formación, ha caído presa de las ideologías como casi todo, y desgraciadamente, de las más sectarias. En el caso de la Hispanidad, se presenta a Hernán Cortés –es un ejemplo vital—, como un asesino sanguinario que conquistó violentamente el reino mexica, pero se olvida decir que quienes liquidaron el imperio azteca fueron los demás indios tiranizados por su crueldad que prefirieron la alianza con los españoles y se pusieron a sus órdenes.

Se fundaron 26 universidades por toda América desde los primeros años del siglo XVI al siglo XVIII. La Universidad Santo Tomás de Aquino de Santo Domingo (1538) se fundó 100 años antes que la de Harvard (1636). Extraño comportamiento el de aquellos españoles supuestamente agresivos y contrarios a la cultura. ¿Y de los Hospitales? ¿Y del mestizaje? ¿Y del reconocimiento de la identidad española por parte de la Corona?

En los últimos años, gracias al esfuerzo difusor de historiadores y divulgadores como Marcelo Gullo, Elvira Roca Barea, Pedro Insúa, Jesús Laínz, Iván Vélez, José Luis López Linares y otros, y a la labor esclarecedora de académicos y especialistas en la Historia de América como Carmen Iglesias y Enriqueta Vila, entre tantos, parece haberse equilibrado el tráfico de hechos que se recuerdan o se olvidan. Otros muchos, Altamira, Unamuno, Valera, Américo Castro, Claudio Sánchez Albornoz, Menéndez Pidal y demás lo hicieron antes.

Los que nos educamos como cristianos, nos deslizamos hacia sus versiones libertarias y ahora maduramos en las perspectivas críticas liberales, creemos firmemente en la capacidad de cada individuo, de cada persona, para decidir lo que le convence y le conviene, tras instruirse en los hechos y explicaciones esenciales y ciertos. Es el fundamento de la democracia y del voto. Es el único método liberal y democrático que respeta el derecho a ser de toda persona.

¿Por qué eliminar de los temarios, o silenciar, o censurar o impedir que se hable de unas cosas y no de otras? Es algo totalitario. El comportamiento de los centros escolares, de Primaria a la Universidad pasando por la Secundaria en todas sus modalidades, debería posibilitar que los alumnos oyeran todas las relaciones más aceptadas de los hechos y sus explicaciones. En caso de discrepancia, deben tener la oportunidad de conocer sus razones o aprenderlas en debates ordenados y racionales sobre ellas.

El lnstituto Virgen del Carmen de Puerto Real acogerá este próximo día 22 de mayo, en horario escolar, de la mano de la Sociedad Puertorealeña de Amigos del País y su presidente Guillermo Cervera, y la Real Academia de San Romualdo de Ciencias y Artes, una conferencia de Marcelo Gullo, argentino, académico, estudioso de la Historia y consultor en relaciones internacionales, destacado defensor de la Hispanidad y su obra americana y significado autor de libros recientes contra la leyenda negra antiespañola.

Su obra más conocida, Madre Patria. Desmontando la leyenda negra desde Bartolomé de las Casas hasta el separatismo catalán, ha tenido una gran acogida incluso en sectores de la izquierda (el prólogo es de Alfonso Guerra). Que los alumnos de este Instituto andaluz puedan escucharlo en libertad es una alegría y un método. Todos los estudiantes tienen derecho a ser instruidos en los datos esenciales de una materia sin omisiones ni censuras. Impulsar estos actos, y si es preciso, debates razonados, es un procedimiento exigible en todos los centros de enseñanza de España. Pues a exigirlos.

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