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España debe estar con la Oposición que Maduro masacra en Venezuela, no con Zapatero

Urge que España deje de mirar hacia otro lado frente a la ola de terror y represión de Maduro y reconozca la victoria de la oposición.

Urge que España deje de mirar hacia otro lado frente a la ola de terror y represión de Maduro y reconozca la victoria de la oposición.
Maria Corina Machado | LD / Agencias

Estados Unidos, Perú, Uruguay, Ecuador, Costa Rica y Panamá ya han reconocido a Edmundo González como presidente electo de Venezuela. Socios naturales de Maduro, como los presidentes de Brasil (Lula), Chile (Boric) y Colombia (Petro), han restado legitimidad al dictador Maduro y condenan el pucherazo de las elecciones del pasado 28 de julio.

En Europa, sin embargo, estamos viéndolas venir. La declaracion que hizo la unión europea por boca de su representante para asuntos exteriores, el expañol Josep Borrell, es tibio e intencionadamente confuso. En él se reconoce que no existe prueba alguna de que los resultados comunicados por el Comité Nacional Electoral del Gobierno de Maduro sean ciertos, y sin embargo, habla de que las actas oficiales presentadas por la oposición están avaladas, entre otros motivos, por por 90.000 testigos y por ser las actas que salen de los ordenadores de los centros de votación. Unas actas que arrojan una abrumadora victoria de la oposición venezolana.

Sin embargo, y pese a semejante reconocimiento, siguen pidiendo a Maduro que muestre las actas, en lugar de reconocer a Edmundo González Urrutia como legítimo vencedor e instar, inmediatamente, a Maduro a abandonar el poder y, de paso, procesarlo por delitos de lesa humanidad. Van más de 25 muertos y 2.500 detenidos en la ola de represión que está protagonizando el gorila Maduro tras su fraude electoral.

¿Y España qué ha hecho? Nada. El país que debería ejercer de puente natural de Europa con hispanoamérica y más concretamente con Venezuela, España, por su naturaleza y por sus vínculos históricos se da mus. Albares, en comparecencia a petición del PP en el Senado, miró para otro lado. Volvió a hablar de las actas y quiso quedarse en tierra de nadie. Eso sí, felicitó a Zapatero, observador privilegiado y blanqueador oficila del régimen criminal de maduro durante los últimos años.

Curioso que Maduro dejara estar de observadores a Zapatero y al saltimbanqui de Monedero (quien colgó vídeos saltando aplaudiendo cantando y alavando a Nicolás Maduro en la víspera de la votación) al mismo tiempo que inhabilitaba a María Corina Machado como líder de la oposición, denegaba la entrada del grupo de observadores que había mandado desde España el Partido Popular, y detenía y vejaba a otro español, como el exdiputado de Vox Víctor González Coello de Portugal o detenía al periodista Cake Minuesa.

Para Europa, y más concretamente, para el Gobierno de Sánchez, todo esto debe ser muy democrático y compatible con el derecho internacional. Albares, como peón para asuntos extranjeros de Sánchez, quiso mantener la equidistancia entre Gobierno y oposición. Una actitud vergonzosa e intolerable.

Informes del Centro Carter (quien contaba con el plácet de Maduro para auditar las elecciones) o la propia ONU, restan el carácter de democrático a las elecciones en Venezuela. Y la ola de violencia y represión a la que está sometiendo el país Maduro lo corroboran.

Es urgente que España reconozca al legítimo vencedor y condene enérgicamente a Nicolás Maduro por su fraude electoral y la reacción totalitaria y violenta contra la oposición. Es urgente tambíen que España lidere esta posición en la UE y logre que los 27 avalen el pronunciamiento.

Cuanta mayor sea la presión sobre el dictador, más posibilidades tendrán María Corina y Edmundo González Urrutia de derrocar el régimen tiránico de Maduro sin que haya más derramamiento de sangre.

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