
El 19 de noviembre de 2019 pasará a la historia como el día que Rusia declaró formalmente que atacar nuclearmente a Europa Occidental está entre sus objetivos militares, lo que supone a todas luces una declaración de guerra. Europa no ha tardado en reacción y ha aceptado el reto de Vladimir Putin. Entramos en un periodo de grandes incertidumbres sobre nuestras vidas y la única manera de garantizar la paz y la seguridad de todos será invirtiendo mucho más en Defensa. Esto solo será útil si la industria de Defensa asume el reto de incrementar su producción a niveles desconocidos en su historia, lo que sin duda constituirá un aspecto fundamental de nuestro Foro Liberdefensa del próximo tres de diciembre.
El presidente Putin, a los mil días de haber iniciado la agresión militar más importante que un país ha sufrido en su soberanía desde Adolfo Hitler, ha modificado su doctrina nuclear para autorizar el uso ofensivo de armas nucleares contra Europa occidental, lo que sin lugar a dudas es una declaración formal de guerra. A ello se une toda una panoplia de intervenciones desestabilizadoras en todo el mundo.
La respuesta europea ha sido fulminante. Los seis países más grandes de Europa emitieron ayer una Declaración que debe complementarse con los acuerdos de los ministros de defensa Europeos reunidos en Polonia para comprender su alcance.
Europa recurrirá a la emisión de bonos de guerra para financiar de forma urgente la defensa Europea y proteger a Ucrania, un hecho que no se producía desde 1940. La industria de defensa deberá prepararse para el mayor reto de su historia. El compromiso con la unidad y soberanía de Ucrania llegará hasta el final y a este fin se autorizará el uso sin restricciones de todos los medios militares convencionales ante la flagrante agresión rusa, complementada con tropas norcoreanas que ya luchan en el frente en una internacionalización muy peligrosa.
Los ministros de Defensa instaron a fortalecer la OTAN, a aumentar el gasto en defensa y a crear una industria armamentística europea con objetivos comunes: «La situación de seguridad en Europa no mejorará mientras Putin pretenda llevar a cabo sus pretensiones imperialistas a través de la fuerza», señala el documento.
Los seis grandes países europeos, incluyendo Reino Unido y España declararon que nuestra seguridad común se enfrenta a los mayores desafíos que hayamos presenciado en nuestras vidas y que resulta evidente que Rusia está atacando sistemáticamente la arquitectura de seguridad europea y ha asesinado a decenas de miles de personas en su brutal agresión a Ucrania destruyendo todo cuanto encuentra a su paso.
El temerario revisionismo ruso y su negativa a detener la agresión así como la mayor dependencia de sus aliados en el eje del mal suponen, sin duda, el mayor desafío a la paz y seguridad del mundo en los últimos setenta años y mirar a otro lado o soñar con una falsa paz no son opciones realistas ni exitosas.
Rusia no solo interviene en Ucrania. Durante los últimos 1000 días, en su guerra de agresión contra Ucrania, Rusia ha violado repetidamente el derecho internacional pero es que la escalada de actividades híbridas de Moscú contra países de la OTAN y la Unión Europea tampoco tiene precedentes en cuanto a su variedad y escala, lo que crea importantes riesgos para la seguridad del día a día y el funcionamiento normal de las economías. La suspensión de la venta de uranio ruso paralizará la mitad de las centrales nucleares europeas en unos pocos meses y las acciones de sabotaje sobre infraestructuras críticas dañarán el normal funcionamiento de los servicios públicos.
Entre los imperativos de la Declaración, existen unos puntos que son realmente novedosos y destacables.
El límite del 2% del PIB puede ser insuficiente para para hacer frente a las crecientes amenazas a la seguridad y cumplir los objetivos de prevención y Defensa en todos los ámbitos del área euroatlántica, el objetivo de 2030 ya no es realista, debemos hacerlo ya.
El refuerzo de la base industrial europea a todos los niveles será un objetivo inmediato apoyado con el presupuesto extraordinario que se financiará con estos bonos. La industria occidental deberá duplicar sus capacidades en pocos años para satisfacer una demanda de seguridad que será creciente y casi sin límite.
El segundo aspecto a destacar, se refiere a las capacidades más acuciantes como la defensa aérea, los ataques de gran precisión, los drones y la logística integrada, así como en infraestructuras críticas y ciberdefensa, en investigación y desarrollo, y en el uso de nuevas tecnologías. Esto no se consigue en un año y las empresas deberán disponer de flexibilidad y recursos para poner su actividad en modo bélico inmediatamente.
Otro aspecto clave es promover la resiliencia de nuestras sociedades. No estamos preparados para lo que supone una guerra, los retos que implica para las sociedades democráticas y cómo debemos aunar a la población en el objetivo de defender nuestra seguridad y la paz, requerirá de un esfuerzo ingente.
Finalmente, los seis países declaran su voluntad de que la paz se negocie entre Ucrania con el apoyo occidental y Rusia y que suponga la asunción por esta de las consecuencias, también financieras, de sus actos ilegales que violan las normas establecidas en la Carta de las Naciones Unidas;
En el I Foro de Liberdefensa discutiremos sobre los aspectos industriales y tecnológicos de estos retos. ¿Cómo deben las administraciones apoyar, cada una desde su ámbito de competencia, el desarrollo industrial que requiere la urgencia y dimensión de la agresión? ¿cuál debe ser la estrategia común europea que evitando duplicidades y burocracias establezca mecanismos agiles de financiación y de contratación de programas militares así como de apertura de nuevos establecimientos fabriles que tendrán que superar muchas trabas de diferente naturaleza que ahora son secundarias ante la magnitud del peligro y ¿cuál debe ser el papel de la alianza internacional occidental que cree en los valores democráticos, de libertad y de respeto a la seguridad y paz de los países ante la agresión rusa?
Ningún europeo ha vivido una situación semejante. El mundo puede abocarse a una crisis de incalculables consecuencias y solo la determinación puede detener al agresor. Es un reto enorme para nuestras sociedades a las que habrá que pedir sacrificios enormes para disponer de los medios humanos y materiales necesarios para convencer a Rusia de que en la agresión tiene todo que perder y en el entendimiento y el respeto a la soberanías de todos los estados mucho que ganar.