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PP, PSOE y la política de vivienda de Franco

El PP se ha lanzado a anunciar políticas de vivienda en las autonomías donde gobiernan que recuerdan mucho a las llevadas a cabo durante los sesenta por el régimen de Franco.

El PP se ha lanzado a anunciar políticas de vivienda en las autonomías donde gobiernan que recuerdan mucho a las llevadas a cabo durante los sesenta por el régimen de Franco.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. | EFE

Ahora que la dictadura del general Franco se ha puesto de moda, tanto el PSOE como el Partido Popular se han lanzado a anunciar políticas de vivienda en las autonomías donde gobiernan que recuerdan mucho, si no en la literalidad de su letra al menos en el espíritu, a las llevadas a cabo durante los sesenta por el régimen de los ganadores de la guerra civil. Y es que, contemplado desde la distancia temporal y con una perspectiva sobre todo políticamente desapasionada, se impone admitir que los resultados de aquel gran empeño de planificación estatal e intervención decidida en el mercado residencial fue un éxito.

La prueba más clara de que aquello fue un éxito reside en la ausencia de medidas similares durante las primeras décadas de la restauración democrática. Ni PP ni PSOE continuaron con tales políticas por una razón simple, a saber: porque ya no hacían falta. A fin de cuentas, en un país donde sobraban casas y no nacían niños que fuesen a ocuparlas en el futuro, la España de los estertores del siglo XX por más señas, el último de los problemas nacionales tendría que ser el de la vivienda. Pero en esto llegaron los inmigrantes.

Hoy, España está acogiendo anualmente a algo más de un millón doscientos cincuenta mil inmigrantes legales procedentes de todo el mundo que tienen que vivir debajo de algún techo. Los economistas y los políticos pueden decir misa, pero la causa real de las subidas constantes tanto de los alquileres como de los precios de venta no resulta ser otra que esa. Un problema que, por cierto, Franco no tuvo. Porque ese, el de la vivienda, está llamado a convertirse en un asunto político explosivo a muy corto plazo. Así, PP y PSOE se ven abocados a lidiar dentro de un callejón sin salida. Si construyen vivienda social, los beneficiarios serán en su mayoría extranjeros recién llegados. Si por el contrario, promueven ayudas para los compradores en el sector privado, eso forzará subidas adicionales de los precios en el mercado. Vox se está frotando las manos.

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