
La lógica, en otras circunstancias, invitaría a pensar que, sottovoce, en la sesión de control de este miércoles no han parado de sonar tambores de elecciones. El Parlamento ha sido un escenario mitinero, un corral vocinglero ligeramente impostado, algo así como un episodio de La familia de la tele, pero con gente mejor vestida. Con un exceso de bilis y de decibelios sólo ligeramente superior al habitual, si bien ya sabemos que el Diablo habita en los detalles. Feijóo se lo pidió a Sánchez "por favor": "Váyase, convoque elecciones". La diputada por León, Ester Muñoz, le preguntaba a María Jesús Montero, brava, pero también entrañable, "cuánto tiempo van a aguantar ustedes esta agonía".
Y digo "entrañable" porque Sánchez, hacía pocos minutos, había manifestado meridiana y pétreamente la longitud de su carrete: "Quieren ganar por agotamiento, pero van a perder en 2027 por aburrimiento". Los mensajes desvelados por El Mundo que demuestran su intervención en el rescate de Air Europa –Eruropa, según la viseprecidenta– cinco días después de que Víctor de Aldama confesara a Koldo García que Javier Hidalgo llamó a Begoña Gómez para que resolviera la cosa, no son agua hirviendo. Como no lo ha sido el apagón, ni la imputación de la "presidenta" –Patxi López dixit–, ni la de su hermano, ni la de su mano derecha en el partido, etcétera, etcétera. Lasciate ogni speranza voi ch'entrate: es más difícil salir del sanchismo que del Infierno.
Parece que Feijóo es, más vale tarde, consciente de ello. De ahí la convocatoria del congreso pepero –"Vamos a pasar del cónclave del Papa a cónclave del PP", en fin– y, supongo, la mejoría notable y perceptible de sus intervenciones parlamentarias. "Sin rodeos", arrancó este miércoles, "hemos conocido que se implicó en el rescate de una compañía aérea con 475 millones de euros de todos los españoles", "actúe con la dignidad que se merece nuestra nación". Sánchez, expansivo, chulesco, recurrió al estribillo de los bulos, tildó las informaciones wasaperas de "casquería" y le advirtió, siguiendo con el fallido presunto chiste pontificio del líder de la oposición: "Ándese con ojo, señor Feijóo: uno entra Papa, y sale cardenal".
El presidente del PP hizo un repaso de los insultos o calificativos de Sánchez y Ábalos sobre Page, el "maltratador" Pablo Iglesias o la "pájara" Margarita Robles, ausente en el pleno, le acusó de estar "al tanto de todo" el quilombo eruropeo y halló la respuesta a la pregunta de "por qué echó a Ábalos del PSOE y lo incorporó a las listas del Congreso: porque usted le tiene miedo". "Convoque elecciones", concluyó Feijóo, "algo de bochorno le va a ahorrar a los españoles. Siga echando de menos al señor Ábalos. Nadie le echará de menos a usted". Y Sánchez, con el cuchillo entre los dientes: "¿Con qué se presentó en 2023? Con la nada. Con la nada absoluta. Que es con lo que se van a presentar en 2027. Por muchas piezas que cambien, no van a cambiar la pieza averiada, que es usted, señor Feijóo".
Abascal: "¿Cuánto dinero ha recibido Rusia en compra de gas de España? ¿Es verdad que, con su modelo energético, ha pagado 8.900 millones de euros en tres años?". Sánchez: "España no compra gas. Compran las empresas privadas, señoría". El presidente de Vox, estirando el chicle: "¿Le molesta que haya un alto el fuego entre Rusia y Ucrania? ¿Le estropea algún negocio? ¿El número 1 va a dar explicaciones precisas en el Parlamento o lo deja todo para el juzgado?". El jefe del Ejecutivo le recordó que España ha apoyado todos los paquetes de sanciones impuestos a Moscú y, a placer, remató: "¿Cuál es el único país que está vetando esas sanciones? Su financiador, el señor Orban".
Acto seguido, Rufián le preguntó "cuál es su propósito como presidente del Gobierno". Respuesta de un coro susurrante de diputados: "¡Seguir!". El decadente polichinela de ERC, que oposita a Broncano: "Para hablar de salseo, me encantaría saber los WhatsApp entre, yo qué sé, Cayetana Álvarez de Toledo y Casado, entre Ayuso y Frank de la Jungla". A este ritmo, Sánchez le da un programa en TVE. Por lo demás, Cuca Gamarra le preguntó a Montero "qué más tiene que pasar para que el Gobierno asuma responsabilidades", oh, uh, ah, y profetizó que "la verdad se sabrá", como si la verdad fuera a afectarle al politburó. La visepreci, a la vez, ponía morritos y movía la cabeza como los muñecos de perretes que se ponen en los coches.
Elías Bendodo le descubrió un cargo: "Presidenta del Club de Fans del exministro Ábalos". Montero, retorciendo el español: "No hay nada de implicación de ningún miembro del Gobierno con el rescate de Eruropa". Quiénes serían sus profesores de Lengua. La también ministra de Hacienda le aconsejó a Ester Muñoz que, "si quiere tener futuro en política, aléjese de la política de la bronca y de la descalificación". "Lo que tengo claro", contestó la diputada por León, "es que no estoy en política para tapar la corrupción de mis compañeros, como hace usted". Tellado, a Bolaños: "¿De verdad vale la pena ser ministro de Justicia de este Gobierno? ¿No siente vómitos? ¿No le parece un poco "petardo"?". El ministro trinitario, como el adivino que advirtió a Julio César en la famosa tragedia de Shakespeare, a Feijóo: "He visto a su grupo aplaudirle con pasión. Cuídese, que les conocemos y nos conocemos". El portavoz del Grupo Popular en el Congreso: "Le hemos visto titubear menos que cuando declaró ante el juez Peinado". También le recordó que el delegado de Gobierno en Madrid, Francisco Martín, "está declarando ante un juez". "Se ha convertido en el picapleitos, en el abogado defensor de la familia Sánchez Gómez. ¡Venga, vamos con más chascarrillos!", finiquitó. Igual montan un torneo.
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