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También se manifiestan las plantas

La pancarta se inventó en la naturaleza también para enviar mensajes altos y claros al resto de seres vivos.

La pancarta se inventó en la naturaleza también para enviar mensajes altos y claros al resto de seres vivos.
Vistosas flores de Ononis Garbancillera, frecuente en el Prepirineo (Huesca). | Flickr/CC/jacilluch

No sólo los animales se manifiestan, entre ellos los humanos; también el mundo de las plantas se enfrenta a la necesidad de "manifestarse", es decir, de enviar mensajes, altos y claros, al resto de seres vivos con quienes comparten el ecosistema.

El significado de tales mensajes vegetales se relaciona con la necesidad de evitar la depredación o con la reproducción; muchas veces se trata de llamar la atención de sus polinizadores, sean generales o específicos.

Los órganos reproductores de las plantas llamadas fanerógamas son las flores; fanerógamas viene de faneros, semáforo, son efectivamente estructuras destinadas a atraer a otros seres, por lo general diferentes animales, que acuden para llevar a cabo la polinización.

Claro que, no siempre es así, porque muchas plantas, por ejemplo muchas de las especies arbóreas mejor conocidas, son polinizadas por el viento; se llaman en este caso anemógamas, de anemos, viento,y no tienen necesidad de que sus flores sean llamativas y coloreadas.

La polinización anemógama tiene lugar de manera masiva: las flores, poco aparentes de estos vegetales reciben la masa de polen del resto de su especie cuando esta llega transportada por el viento: el método es sencillo y muchas veces nuestros sentidos lo pagan en forma de alergia, pero nos preguntamos si es un tipo de polinización eficaz o primitiva,

Las primeras plantas con flor forman semillas sin protección una vez que son fecundadas y producen el fruto: son las gimnospermas, que quiere decir exactamente "semillas desnudas"; algunas gimnospermas son muy conocidas a nivel popular, como las coníferas, que incluyen especies como los pinos, cedros, cipreses o tejos, otras, como las Cicadíneas, no lo son tanto; tampoco las Ginkgoíneas, verdaderos fósiles vivientes ampliamente extendidas en el pasado y reducidas hoy a una portentosa superviviente llamada Ginkgo biloba, único ser que consiguió sobrevivir a la explosión nuclear de Hiroshima.

Pasemos a las plantas con flor más abundantes en nuestra era: las angiospermas, que se llaman así porque sus semillas no están expuestas al aire y desprovistas de protección, sino encerradas en cámaras interiores del fruto. ¿Cómo son las flores de las angiospermas primitivas? ¿Inconspícuas como las de sus antecesoras las gimnospermas o llamativas para la atracción de los polinizadores?

Una de las angiospermas más primitivas, prácticamente una forma de transición entre ambos grupos son las magnoliáceas, los conocidos y hermosos magnolios, tan populares y cotizados como arbustos ornamentales.

La flor del magnolio es enorme y muy bella, llamativa por sus grandes pétalos blancos; una vez fecundada da paso a un fruto bastante parecido a las piñas de sus antepasadas las coníferas; a los perros les encanta jugar con estos frutos del magnolio cuando caen en los parques y paseos donde proliferan, lo que no es recomendable ya que son moderadamente venenosos.

Desde el punto de vista práctico, la formación de flores gigantescas no es una solución demasiado inteligente: la planta gasta demasiada energía en estas formaciones reproductoras, de manera que la pérdida de alguna de ellas es una verdadera catástrofe, y son muchos los peligros que las acechan, como el granizo, la lluvia torrencial, la excesiva insolación o la depredación por animales o microbios.

Aunque son muchas las plantas fanerógamas que han optado por las grandes flores para conseguir la polinización y la formación del fruto, otras han buscado soluciones menos costosas sin dejar de ser llamativas y eficaces, es el momento de la "invención de las pancartas".

Algunas señales para amplificar el atractivo de las flores para los polinizadores son extraordinariamente sofisticadas, como el diseño imitando el aspecto y la coloración de las hembras de los insectos específicos para ello; es el asombroso método usado por muchas orquídeas, que "engañan" a los infelices galanes que acuden a la corola creyendo aparearse con su imaginaria pareja.

Pero lleguemos finalmente a las "manifestaciones florales con pancarta": las encontramos en flores de una familia tan conocida como la de las leguminosas, tan importantes para la alimentación humana; esta familia ha diseñado la flor "amariposada", con un gran pétalo, "la pancarta". que se destaca del resto de la corola y se convierte en el principal atractivo para los insectos; la flor papilionácea consta de este gran pétalo, llamado estandarte. De otros dos más pequeños, las alas, y de otro pequeño par, que se sueldan para formar la llamada quilla.

Un campo de legumbres, una mata de leguminosas o un árbol perteneciente a esta familia muestra sus estandartes a los insectos como semáforos atractivos: un estímulo irresistible.

Pero hay otra solución "con pancarta" todavía más sorprendente: el falso gran pétalo de las inflorescencias de las Aráceas; estas plantas, generalmente con porte de matas o arbustos, se han hecho muy populares dentro del mundo específico de la jardinería que llamamos "plantas de interior".

Las flores de esta familia son muy pequeñas y poco llamativas: se trata de conjuntos de florecillas que se agrupan para formar lo que en botánica se llama inflorescencias.

Las inflorescencias evitan el peligro que advertíamos en las flores gigantes de las magnolias y los nenúfares, gastar demasiada energía en su desarrollo; ahora bien, lo que se gana en economía se pierde en capacidad atractiva para los polinizadores: pero la evolución siempre encuentra soluciones para los problemas.

En el caso de las aráceas una hoja de cada brote floral se "disfraza de pétalo": este falso pétalo se tiñe de color, por ejemplo, de blanco, y envuelve con su sombra al conjunto de pequeñas flores a las que "anuncia" a los polinizadores. Esta es la "pancarta a la que nos referimos en nuestro comentario.

Hablamos en este caso de plantas tan conocidas y populares como las "Hoja de espada" los Anthurium, las Aspidistras y otras variedades decorativas por sus hojas y, engañosas por sus falsas flores.

Son curiosidades del mundo vegetal, no demasiado conocidas.

Miguel del Pino. Catedrático de Ciencias Naturales.

En Tecnociencia

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