Tras el muy previsible fracaso, que será el cuarto, del próximo conato de completar una legislatura sin otra disolución de la Cámara, habrá que ir pensando en modificar la Ley Electoral.
Ojalá que alguna productora o algún realizador poderoso en la industria cinematográfica tenga el coraje que ha tenido Gloria Argudín para llevar su historia a la gran pantalla o a la pantalla chica.
Las cifras, y no las habituales mentiras de los políticos, demuestran que la economía nacional está hoy peor que en junio, cuando Sánchez entró en Moncloa.