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Agapito Maestre

¡Bono con las víctimas!

Bono, el ministro de Zapatero, por un lado, quería apropiarse de la manifestación convocada por las víctimas, mientras que por otro lado aprobaba y alentaba a que se negociara con los criminales que mataban españoles.

Ya empezamos a conocer las negociaciones del Gobierno con ETA. Esto es sólo el comienzo. Al leer la información de Ángeles Escrivá en El Mundo acerca de las negociaciones llevadas a cabo por el Gobierno con ETA, no he podido sustraerme al recuerdo de las primeras manifestaciones convocadas por la AVT contra esa negociación. El Gobierno y todos sus medios arremetieron con una violencia inusitada contra las víctimas. Parecía que trataban de ocultar lo que ahora sólo un imbécil negaría. El problema es que todavía podrían seguir negociando. Esta afirmación es más que una sospecha. Hay indicios para mantener que sólo conocemos públicamente, sí, aquello que uno de los interlocutores de la negociación quiere.

Tengo la sensación de que estamos en el final de un renovado proceso negociador, seguramente más sucio aún que el anterior y, sobre todo, con conocimiento secreto de otras fuerzas políticas. Por lo tanto, hace bien la asociación Voces contra el terrorismo de exigir a la oposición que pida al Gobierno en el Congreso de los Diputados el conocimiento público de esas actas, que transcriben las conversaciones de los criminales de ETA con los representantes del Gobierno. Es un asunto de interés nacional. Esta propuesta es tan sensata que sólo sí se sumase a ella el presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, asistiría yo a la presentación de un libro de la que él será protagonista. Me cuesta trabajo entender que Bono, un ministro que apoyó el último "proceso de negociación con ETA", presente ahora un libro sobre las víctimas del terrorismo. Me explico.

Este lunes, en efecto, se presentará un libro que recoge las "biografías" de 857 víctimas de ETA. Yo aún no lo he leído. Dicen personas serias que es un texto correcto. Tan correcto es, perdón por mi espíritu sospechoso, que incluso se atreve a presentarlo José Bono, el político que más maldad ha puesto en su acción pública para servirse de las víctimas del terrorismo; incluso cuando era ministro de Defensa intentó capitalizar la primera manifestación convocada por la AVT contra la negociación del Gobierno de Zapatero con ETA. Sí, sí, Bono, el ministro de Zapatero, por un lado, quería apropiarse de la manifestación convocada por las víctimas, mientras que por otro lado aprobaba y alentaba a que se negociara con los criminales que mataban españoles.

La impostura de este actor "político" siempre me ha parecido tan turbulenta como sucia. Insoportable. Bono es, sin duda alguna, el político más desvergonzado de la actual legislatura a la hora de tratar a la víctima antes como un sujeto privado que como un ciudadano de España. Más aún, quizá haya sido el personaje que, en los últimos treinta años, ha estado obsesionado por reducir a la víctima a un mero objeto de compasión. En estas circunstancias, por favor, cómo podría yo asistir a un acto en el que Bono desempeñará un papel de segundo protagonista.

En todo caso, insisto, sólo haría una excepción: asistiría al acto del Palace, lugar elegido para presentar el libro Vidas rotas, si Bono respalda la propuesta de Voces contra el terrorismo.

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