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Agapito Maestre

El sondeo de Opina

"El 61,7 % de los encuestados no cree que se encuentre en peligro la identidad de Navarra". Por favor, este dato niega cualquier verosimilitud a la encuesta.

El principal órgano difusor de las consignas de la izquierda, El País, maneja con destreza una de las principales armas de la política electoral contemporánea, las encuestas y sondeos de opinión. Ejemplo de esa conducta es la interpretación de los datos del estudio del Instituto Opina sobre las elecciones del próximo domingo en cinco comunidades autónomas. Aparte de la falsificación del titular de la primera página, que olvida el avance y consolidación del PP en Madrid y Valencia, y su consolidación en Baleares, Canarias y Navarra, miente con sutileza al confundir con intención las expectativas de los votantes con sus preferencias. Esta mentira es aún más grave que la manipulación del titular de portada: "El PSOE avanza en Baleares, Canarias y Navarra y el PP se afianza en Madrid".

Son conscientes de que esa es la principal arma para ganar. Es una de las más mortíferas para reducir al ganador real y convertirlo en perdedor potencial. Basta repetir con todo tipo de engaños y falacias una "expectativa", un "posible", para arruinar las preferencias reales de los electores. El caso de Navarra es de libro para mostrar el funcionamiento de esta falsificación. Basta observar el gráfico dedicado a Navarra para percatarse de que las preferencias de los encuestados, o sea, quienes prefieren que ganen para determinar la futura agregación electoral son obvias: UPN-PP, con 23 ó 22 escaños, sigue siendo la fuerza política mayoritaria respecto al PSN-PSOE, que conseguiría entre 11 y 14 escaños.

Se trata, pues, de difundir perversamente una expectativa de gobierno conjunto entre socialistas y nacionalistas, para arruinar las preferencias mayoritarias de los navarros. ¿Cómo se lleva a cabo esa operación? Mintiendo descaradamente sobre la identidad de Navarra y sobre el proceso de negociación del Gobierno con ETA. Por eso, se afirma, primero, que son muy pocos los preocupados por la identidad de Navarra –sólo tres de diez les interesa el asunto–, y, segundo, que Zapatero ha de seguir intentando alcanzar la paz con ETA, porque así lo quieren tres de cuatro encuestados.

Es, pues, una mentira atroz que la "fórmula preferida por los encuestados" sea un Ejecutivo formado por el Partido Socialista y Nafarroa Bai. Falso. Eso sería, en el mejor de los casos, una expectativa, sustentada en una mentira aún más grosera, a saber, "el 61,7 % de los encuestados no cree que se encuentre en peligro la identidad de Navarra". Por favor, este dato niega cualquier verosimilitud a la encuesta. Lo cierto, el único dato no interpretable, es que los navarros encuestados sólo muestran una preferencia real: la consolidación de UPN-PP. ¿O es que existe alguien en su sano juicio que crea que un escaño arriba o abajo cambia las preferencias mayoritarias de los votantes?

Este tipo de encuesta me lleva a pensar que la clara reflexión, el pensamiento genuinamente político, no es una facultad que adorne a la reaccionaria izquierda española. Por el contrario, más parece que la torticera propaganda para atraer a las masas es su línea dominante de actuación. Miente a destajo sin reparar en los cambios espirituales del país. Miente sólo para la chusma. Su único interés está centrado, según dice el manual del candidato socialista, en mantener movilizados a sus votantes. Miente sin importarle que la ciudadanía más desarrollada podría votarla si tuviera algo sensato que ofrecer o alguna verdad que difundir.

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