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Agapito Maestre

Entre la satisfacción y el estremecimiento

Por fortuna, dirán los más optimistas, es el tiempo de celebrar que el Pleno de la Audiencia Nacional se negó a las presiones del Fiscal, que había claudicado ante la presión de ETA. Ganó el Estado de Derecho, o sea, ganó la democracia...

Algo hemos ganado. Es para estar contentos. Sí, sí, pero no dejarán de reconocerme que estos triunfos producen cansancios y heridas innecesarias. Así de terrible es la situación en la que está dejando a España un Gobierno sin otro concepto político que "apañarse" con el nacionalismo y el terrorismo. Tres estados de ánimo he experimentado al conocer el veredicto de la Audiencia Nacional sobre el envite de ETA a través de la huelga de hambre De Juana Chaos. Satisfacción, alegría agridulce y estremecimiento.

Satisfacción sentí, cuando me llamaron para comunicarme la noticia. Satisfacción he visto en los tonos de voz, en las caras de mis amigos, en la gente de la calle que un día antes estaba indignada ante la "alternativa" satánica que nos imponía el terrorismo. Moralmente es una situación sin salida. Endiablada. Satisfacción sentí porque el sentido común, o sea político, se impusiera. Los ciudadanos están satisfechos con la resolución de la Audiencia Nacional de mantener a De Juana Chaos en prisión. Satisfacción sentí, cómo no, porque hubiera coincidencia entre los jueces y los ciudadanos a la hora de condenar el chantaje como forma de vida en sociedad. Satisfecho quede al ver garantizado pilares básicos del Estado de Derecho.

La satisfacción pronto se tornó en alegre reflexión. Hoy, sí, hemos ganado, pero mañana qué pasará. Tenemos que reconocer que esto es sólo el comienzo de una larga batalla por el mantenimiento de la democracia. Además, ha habido cuatro magistrados que han votado en contra. ¿Tendrán de verdad razones jurídicas o sólo responderán a intereses de partido? No es, sin embargo, esto lo más grave, sino la obsesión de furioso "pacifismo" de Zapatero. Sí, se mire desde donde se mire, la paz de este hombre con ETA pasa por la liquidación del Estado de Derecho. La última prueba de este afán fue el comportamiento de la Fiscalía, es decir el Ministerio Público, pidiendo a la Audiencia Nacional la excarcelación práctica de De Juana Chaos.

Por fortuna, dirán los más optimistas, es el tiempo de celebrar que el Pleno de la Audiencia Nacional se negó a las presiones del Fiscal, que había claudicado ante la presión de ETA. Ganó el Estado de Derecho, o sea, ganó la democracia... De acuerdo, hasta hoy, Zapatero está perdiendo por dos tantos. El Gobierno y todos sus colaboradores han perdido una batalla importante. Es la segunda gran prueba de resistencia del Estado de Derecho. La otra fue, hace unos días, la condena del Tribunal Supremo contra Jarrai, Haika y Segi por terroristas. Vale. Y, sin embargo, el silencio monclovita da miedo. El silencio de Zapatero es ominoso. Azaroso. Despreciable. ¿Qué nos tendrá preparado el Gobierno para los próximos días, semanas y meses? Quien no sienta un cierto estremecimiento ante esta pregunta, tengo para mí que no sabe a quién nos enfrentamos.

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