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Agapito Maestre

ETA en el diseño socialista

Sospecho lo peor. Los dos se necesitan. En verdad, de la utilización de esa necesidad surgirá la gran baza de Rodríguez Zapatero para dejar fuera de juego al PP y, de paso, ganar las próximas elecciones autonómicas vascas.

ETA ha colocado una bomba en Bilbao el último día de 2008. Es la prueba de que ETA no está muerta, como dice cínicamente Pérez Rubalcaba. ETA fue revitalizada por el Gobierno en la anterior legislatura. ETA no acabará como el GRAPO, entre otros motivos, porque el propio Ejecutivo no está interesado en ese final. La bomba de Bilbao demuestra la vitalidad criminal de ETA. Problema diferente es plantearse por qué coloca una bomba el último día del año, cuando todo el mundo sabe que al otro día no hay prensa. ¿Significa eso que ETA pasa ya de la propaganda terrorista? Obvia es la respuesta. A los criminales nacionalistas, hoy por hoy, no les importa nada la propaganda. Más aún, ni siquiera creen ya en la retórica que pudiera derivarse de su atentado terrorista en los medios de comunicación. ETA atenta y mata para que no le quiten el suelo sobre el que se asienta su perversidad política.

A ETA sólo le preocupa quedarse descolgada, sin sitio, en el nuevo orden político que, durante unos años, ha estado negociando con Rodríguez Zapatero, en el Gobierno de Madrid, y con López e Iriguren, en las instituciones vascas. Porque ETA es una organización criminal con objetivos políticos muy precisos –coincidentes en algunos casos con las querencias de otros nacionalista y, otras veces, con las pretensiones de los socialistas por imponer un Estado confederal donde España quede reducida, simplemente, a ser el trozo más grande de la "confederación"–, esta bomba, junto con la anterior de la Universidad de Navarra y el asesinato del empresario del PNV, son las señales de que su principal objetivo, aquí y ahora, es minar la capacidad política del PNV hasta el punto de que pierda el poder en las próximas elecciones.

A ETA ya no le interesa un PNV en el poder vasco. Busca un nuevo actor gubernamental, alguien con mayor capacidad que el PNV para dar un zarpazo más cruel a España, pero que, a su vez, le permitiera seguir integrada en el cambalache de las instituciones, como ya hiciera el Gobierno de Rodríguez Zapatero con el PCTV y ANV. ¿Quién le podría dar a ETA más garantía que el PNV para seguir en las instituciones políticas? El mismo partido que la persigue policial y judicialmente. Es la gran contradicción del PSOE y también de ETA. En fin, no cabe duda de que ETA prefiere como interlocutor al PSOE antes que a los nacionalistas del PNV. ¿Cabría decir lo mismo del PSOE? ¿Acaso Rodríguez Zapatero no prefiere tratar el futuro del nacionalismo con ETA antes que con el PNV? Al margen de las retóricas huecas del presidente del Gobierno sobre la muerte de ETA, ¿acaso no es cierto que el Ejecutivo no ilegaliza a ANV para dejar la puerta abierta de una futura negociación con ETA para un próximo Gobierno socialista en el País Vasco?

Sospecho lo peor. Los dos se necesitan. En verdad, de la utilización de esa necesidad surgirá la gran baza de Rodríguez Zapatero para dejar fuera de juego al PP y, de paso, ganar las próximas elecciones autonómicas vascas. Sí, sí, de la utilización de ese juego perverso con ETA, que va de la persecución a la negociación con los terroristas, y viceversa, depende la hegemonía política de Rodríguez Zapatero. Porque ningún otro político, en la sedicente democracia española, ha jugado mejor que Rodríguez Zapatero esa estrategia, que está más cercana al orden mafioso que al ámbito político, creo que los socialistas sacarán del tablero político al PP de Rajoy, que quizá logre paliar un poco su fracaso poniendo de cabeza de cartel a las elecciones europeas a Jaime Mayor Oreja.

Algo es algo; si se confirmara mi presunción sobre Mayor Oreja, tendríamos que aplaudir a Rajoy por haber situado a uno de los políticos más sensatos de la política española al frente de la listas de las europeas, pero sospecho que la decisión llega tarde y que sólo servirá, en el mejor de los casos, para salvar la cabeza del propio Rajoy. Mientras tanto, el PSOE ha conseguido hacer pasar por normal la patología vasca... Todos siguen jugando cartas, después de un atentado contra uno de los suyos o de los nuestros... Todo "fluye" sin demasiados sobresaltos democráticos hacia un Estatuto Vasco del mismo tenor que el catalán que asegure, durante décadas, el poder socialista y nacionalista. 

En España

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