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Agapito Maestre

La izquierda ilustrada sin partido

No hay más remedio que despreciar la fealdad, casi el esperpento, que el PSOE y los nacionalistas quieren imponerle a una ciudadanía, incluida la izquierda ilustrada, que está a años luz de un señor que considera un líder carismático a Hugo Chávez Frías.

Es difícil, quizá imposible, hallar en Europa una izquierda tan dogmática y sectaria como la española. La prensa europea, incluida la de izquierda, se sorprende del nivel tan elemental y pobre de su "discurso". No hago viaje al extranjero sin que alguien me pregunte sobre qué pretende exactamente el Gobierno socialista con una política internacional tan zafia y una política nacional tan antigua y fea. ¿Fea? Sí, sí, fea me dice un profesor de filosofía política, en Florencia, porque el Gobierno no tiene sentido del decoro ni de la autolimitación, y desconoce por completo el significado de la palabra educación.

Sin duda, a mi amigo no le falta razón y eso que no ha visto los programas de televisión donde siempre hay una señora gritando contra Franco, o un imbécil haciendo una gracia contra los cristianos, o un periodista cuadriculado diciendo que la izquierda es buena y la derecha mala, o un actor "asustando" niños con el nombre de Acebes, o una profesora de una Facultad de Ciencias Políticas dando una clase de adoctrinamiento socialista en una plaza de Madrid, o un pederasta haciendo una apología del matrimonio homosexual. Esos son los grandes apoyos intelectuales del Gobierno. Esa gente dicen tantas barbaridades y de tal tamaño que parecen "teleñecos". Son ridículos y feos. Sí, sí, tan feos como la vicepresidenta del Gobierno poniendo condiciones para visitar el Vaticano; no me digan, por favor, que no es feo decir que sólo ira al Vaticano al acto de beatificación de 498 mártires españoles si el Papa baja a saludar a la legación española. ¿Sabrá esta señora qué significa el Vaticano en la historia mundial y en la de España en particular?

Debe de ser un horror para las elites ilustradas, que alguna vez votaron al PSOE, oír hablar a Blanco, o ver los gestos de la señora Fernández de la Vega en el Congreso, por no citar el bochornoso lenguaje cheli que utiliza un ministro de Justicia. Definitivamente, creo que el principal problema de la izquierda española es su anquilosamiento en unos esquemas tan antiguos como patéticos. Son tan pobres mentalmente que les resulta imposible salirse del feo esquema que trazaron nada más llegar al poder, o sea, el ataque barriobajero y analfabeto a la Iglesia, el empecinamiento y regodeo con las miserias de la guerra civil y, sobre todo, su cutre plan para que España desaparezca en tres trozos, que ellos llamarían confederación.

Contrastamos esas miserias de Zapatero, en realidad, esas antiguallas, con los discursos ilustrados de los partidos políticos europeos y no tenemos más remedio que despreciar la fealdad, casi el esperpento, que el PSOE y los nacionalistas quieren imponerle a una ciudadanía, incluida la izquierda ilustrada, que está a años luz de un señor que considera un líder carismático a Hugo Chávez Frías.

En España

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