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Agapito Maestre

Navarra vencerá

Zapatero intentará entregar Navarra a los terroristas. Fracasará. Zapatero quiere "entregar" Navarra a ETA para acabar con el terror y, por supuesto, para perpetuarse en el poder. Imposible. Navarra nunca se dejará someter por los criminales de ETA.

Son apenas 600.000, pero valen por 44 millones de españoles. Me refiero a los navarros. Ya son los referentes últimos para que España no desaparezca. Haría bien el PP instalando su sede nacional en Pamplona durante unos meses o unos años, ya que no fue capaz de hacerlo en Barcelona mientras se tramitaba el Estatuto de Cataluña. De Navarra, sin duda, dependerá lo que queda de España. No me extraña que los medios de comunicación empiecen a tomarse la cosa en serio. Zapatero, no obstante, persistirá en su cobarde obcecación. Zapatero intentará entregar Navarra a los terroristas. Fracasará. Zapatero quiere "entregar" Navarra a ETA para acabar con el terror y, por supuesto, para perpetuarse en el poder. Imposible. Navarra nunca se dejará someter por los criminales de ETA.

Por lo tanto, si me permiten el tono épico, diría que la pretensión de cambiar "paz por territorios", lejos de alejar la violencia, creará un nuevo foco de ira y conflicto, que se extenderá más pronto que tarde por el resto de España. Presiento que Zapatero no ganará esta batalla. Más aún, Navarra podría poner en evidencia que la frivolidad de Zapatero es sólo una fase previa de la dominación violenta, después de una intensa campaña de anestesia sobre la ciudadanía, que nos tiene reservado su proyecto de destrucción de España. Los navarros defenderán con recursos históricos y argumentos políticos, con lucha y pasión, con palabras y moral, con uñas y dientes su identidad española, precisamente, por ser navarros. O sea, cuánto más navarro, como dicen por allí, más español.

Aparte de la contribución histórica de Navarra a la creación de España, es la historia reciente de la Comunidad Foral la que me permite augurar su triunfo, que en realidad sería el éxito de España. Algunos datos y nombres de esa historia son significativos. En primer lugar, tenemos que recordar la voluntad de los políticos navarros por defender su identidad española y, por supuesto, navarra, frente a los melifluos políticos de UCD y PSOE, que permitieron la Disposición Transitoria Cuarta en la Constitución de 1978, que contempla por diferentes vías la incorporación de la Comunidad Foral al País Vasco. Contra esa concreta cesión a los nacionalistas vascos surgieron reacciones navarras de carácter español muy serias, que mejor que peor han funcionado en las últimas décadas. En efecto, por un lado, Jesús Aizpún, por citar a un político sensato de la derecha, no se fiaba de UCD y, por eso, fue uno de los fundadores de UPN. Por otro lado, Víctor Manuel Arbeloa, entre otros buenos políticos del PSOE, se negó a seguir la línea nacionalista-vasquista, y defendió la creación del PS de Navarra. Ni que decir tiene que la colaboración y los pactos entre estas fuerzas ha sido permanente durante muchos años, especialmente para defender la autonomía frente a la integración-anexión de los vascos.

Sin embargo, Zapatero quiere, naturalmente, cargarse esta vía propia de los navarros para cumplir su pacto con ETA. En esa línea ha alimentado pactos en cinco ayuntamientos entre los nacionalistas de EA y PSOE. Zapatero y Rubalcaba intentarán anestesiar, por diferentes vías, a los suyos en Navarra para que hagan lo contrario de lo que hasta ahora defendía. Pero dudo de que lo consiga a corto plazo, primero, porque el PSOE de Pamplona para arriba no existe y de Pamplona para abajo muchos socialistas prestarían su voto a otra formación antes que integrarse con los vascos. En cualquier caso, el futuro de la Comunidad Foral Navarra es decisivo para todos los españoles. Primero, porque sin Navarra, nadie lo dude, España no es. Y, segundo, porque el funcionamiento político de Navarra, durante la democracia, a la hora de defender su autonomía política es una referencia democrática imprescindible para el resto de España.

En fin, si Navarra no venciera, Dios no lo quiera, los enfrentamientos reales entre españoles serían inminentes.

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