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Agapito Maestre

Necesidades y metas de Andalucía

Será difícil hallar en toda España un líder político que haya conseguido con esfuerzo y tesón hacerse querer y, sobre todo, respetar por su trabajo permanente. Para Javier Arenas, la lucha no ha sido por el poder, sino por la democracia en Andalucía

La primera necesidad de Andalucía es terminar con el régimen socialista. La meta de Javier Arenas, casi el milagro, será conseguir que los socialistas no hagan oposición con la ruina que ellos mismos han generado. Las cifras del déficit producidos por los socialistas asuntan al más pintado; pero, eso es el principio, porque estoy convencido de que las cifras de deuda, cuando las conozcamos, serán de espanto. Ayer, sin embargo, hubo una magnífica noticia, el mismo día que se celebraba la Autonomía de Andalucía, las encuestas dan ganador por mayoría absoluta al PP. He ahí  el principal acuerdo de la sociedad andaluza. Sacar a los socialistas del poder de la Junta de Andalucía es el consenso más importante que hay en toda la comunidad. Así lo atestiguan todas las encuestas que se han publicado en los últimos meses.

Hay un dato del último sondeo, sobre el que informaba nuestro compañero Carmelo Jordá, que resulta impresionante. Revela algo muy singular y casi único de la comunidad andaluza. No tiene parangón con otras comunidades. Es difícil, quizá imposible, hallar en otra región de España  un índice tan alto de rechazo del PSOE, en efecto, hasta un 70 por ciento de los encuestados  considera necesario un cambio político para el bien de Andalucía, o sea, hasta una parte de los propios votantes socialistas considera necesario la alternancia política para salir del fiasco y la ruina. La cifra es tan contundente que debería hacernos pensar no sólo sobre el hundimiento del PSOE, sino también preguntarnos por el trabajo desarrollado por la oposición.

Es menester resaltar, en primer lugar, que la oposición sólo tenía un nombre, PP, porque el resto de partidos comían en los manos de los poderosos de la Junta, que incluso llegó a instalar en el imaginario colectivo una gran mentira, a saber, Andalucía es la Junta de Andalucía. En segundo lugar, será necesario reconocer el trabajo democrático de un partido, el PP, que fue estigmatizado, demonizado y casi sacrificado ideológicamente por la Junta y sus medios de comunicación; el PP no sólo ha hecho posible el cambio, sino que ha conquistado la democracia, poco a poco, con lucha y tesón.. Quizá la conquista del poder local por parte del PP, en Andalucía, sea uno de los mejores ejemplos de proceso democrático que pueden poner en sus libros los próximos historiadores  de la democracia española. En tercer lugar, será difícil hallar en toda España un líder político que haya conseguido con esfuerzo y tesón y, por encima de despiadados ataques de todo tipo, hacerse querer y, sobre todo, respetar por su trabajo permanente por conseguir que Andalucía tenga un genuino sistema democrático. Para Javier Arenas la lucha no ha sido por el poder, sino sobre todo para que los andaluces sepan valorar la democracia; en verdad, creo que el caso de Andalucía es el primero en España donde podemos distinguir el valor de una democracia conquistada frente a una otorgada.

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