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Agapito Maestre

Negación de la política

Una cosa deja clara este escándalo de los socialistas canarios: Ciutadans y el PSOE están en las antípodas de cualquier programa liberal de una democracia avanzada.

Pasión, sentido de la responsabilidad y mesura son, según Weber, las tres grandes virtudes que deberían adornar al político. Ninguna de las tres es relevante en la vida política española. Por el contrario, el relativismo irresponsable, trufado de excitación estéril, domina el panorama político en plena campaña electoral. Ejemplo máximo de tal descreimiento en la política, en la posibilidad de crear espacios públicos donde entendernos y llegar a consensos ciudadanos de distintas opiniones, es la copia que ha hecho el PSOE de Canarias del programa de Ciutadans de Cataluña. Terrible.

Aparte del escándalo moral y político que supone tal copia, aparte de las luchas internas que refleja esa tropelía, en fin, aparte de todas la observaciones que podamos hacer al funcionamiento de un partido político, parece claro que refleja un desprecio grosero por los programas y una carencia absoluta de credibilidad en la capacidad movilizadora de las ideas. No se preocupan por ofrecer alternativas, propuestas e ideas para resolver los diferentes problemas que tiene planteada la sociedad. Lo decisivo es alcanzar el poder por el poder, sin otro objetivo que convertir el partido en una corporación de intereses privados.

No obstante, podría hacerse otra interpretación de esta copia de los socialistas del programa de un "partido", que podría catalogarse de partido antisistema. Estoy, en efecto, de acuerdo con finísima e inteligente lectura que ha hecho Víctor Gago de la copia de los socialistas canarios del programa de Ciutadans. Gravísimo es el problema estético, moral e intelectual que supone una mimesis tan grosera como la hecha por los socialistas, pero es todavía más grave, como muestra Gago, que nadie critique lo copiado. Esas 125 medidas constituyen todo un conjunto de reivindicaciones propias de partidos populistas, o peor, de partidos antisistema. Son medidas imposibles de llevar a cabo.

Pero, supuesto que algunas de esas medidas pudieran llevarse a cabo, hay algo todavía más terrorífico, y es que todas ellas tienen una única dirección, a saber, reducir la política a la cuestión social. Creen que el ser humano, que ellos llaman sin mucho sentido "ciudadano", lejos de querer participar en la vida política, sólo pretende que le solucionen "la vida". El problema del PSOE es que no cree en la política si no es reducida a la cuestión social. Sí, el populismo socialista, y en esto coincide con las medidas de Ciutadans, consiste en reducir al participante en el proceso democrático a un mero cliente social, el votante es un puro consumidor de las concesiones que les da el Estado, o sea, del partido que se hace con el aparato del Estado.

Una cosa deja clara este escándalo de los socialistas canarios: Ciutadans y el PSOE están en las antípodas de cualquier programa liberal de una democracia avanzada. Y, por supuesto, están aún más lejos de quien no sabe que la política, la gran política, empieza por postular la "unidad de los contrarios" o queda reducida a populismo.

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