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Agapito Maestre

Pedro Sánchez I de Rusia (y último de España).

¿Es Sánchez sólo un aliado de Putin o un buen asalariado de la entente entre Maduro y Putin?

¿Es Sánchez sólo un aliado de Putin o un buen asalariado de la entente entre Maduro y Putin?
EFE

España no manda armas a Ucrania, porque Sánchez no quiere. España compra más y más gas a Rusia, porque Sánchez lo ha impuesto. El gobierno de España está impidiendo, desde que Sánchez llegó a la presidencia del Gobierno, que la Unión Europea cree nuevas formas de energía para plantarle cara y competencia al gas ruso. He ahí tres motivos, entre otros muchos, para llamarle al Jefe del Gobierno de España: Pedro Sánchez I de Rusia. Después de Schröder, en Alemania, y los políticos-basura de Francia e Italia, no creo que Putin halle en Europa un mejor aliado a sus chantajes con el gas ruso que Pedro Sánchez. La cosa empieza a ser del dominio público y la sospecha es generalizada.

Tantas son las conexiones de Sánchez con Rusia y sus aliados que están levantando todo tipo de comentarios en la prensa mundial. ¿Es Sánchez sólo un aliado de Putin o un buen asalariado de la entente entre Maduro y Putin? ¿Va por libre Sánchez o está bien coordinado con el antiguo secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero? ¿Sánchez tiene hilo directo con Venezuela y Rusia o está conectado con esos gobiernos a través Rodríguez Zapatero, el mejor embajador de Nicolás Maduro en el mundo, y sus socios podemitas en el Gobierno? Las preguntas son más que inquietantes. Terribles. Uno no hubiera querido leerlas nunca. Pero están por todas partes y, por eso, me hago eco de ellas.

Mas no seré yo quién haga comentarios de conjeturas. Volvamos a los hechos. Repitamos: 1.España no manda armas a Ucrania. 2. España compra cada vez más gas ruso, en un año ha multiplicado por cuatro sus adquisiciones, y ha convertido a Rusia en el segundo proveedor de España. Y, sobre todo, 3. Se ha opuesto a plantarle cara a Rusia en materia energética; sí, creo que este último motivo, entre todos los que ponen en cuestión la política internacional de Pedro Sánchez, es el más escandaloso. Su reiterada oposición al proyecto Midcat, una iniciativa europea para construir un gran conducto que llevase el gas procedente de Argelia y almacenado en España hasta el resto de países europeos, resulta terriblemente desastroso paras cualquier ciudadano español comprometido con la Unión Europea.

Nos hemos enterado recientemente, gracias a la pregunta que hizo Bauzá, diputado español en el Parlamento Europeo, a la Comisión sobre la necesidad de poner en marcha urgentemente el Midcat. La pregunta fue presentada por escrito al comenzar la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero, porque ya se preveía el chantaje que haría Putin a la UE con el precio del gas ruso. "La respuesta de la Comisión Europea", según Bauzá, "es que el Gobierno de España se opuso a los nuevos proyectos de gas". En la misma línea, el canciller alemán Olaf Scholz, del partido socialdemócrata de Alemania, en su visita a España se refirió a la necesidad de sustituir el suministro europeo de gas desde Rusia por otro desde Argelia gracias a la construcción de una infraestructura a través de España. En su momento Sánchez no escuchó a Scholz y siguió comprando gas a Rusia. Y, por supuesto, la enterá de la ministra Ribera despreció al canciller alemán. Otra vez, recientemente, Scholz ha hecho la misma petición al gobierno de España, y parece que ahora Sánchez se lo han tomado un poco más en serio, y la ministra parece haber rectificado, incluso ha llegado a declarar que el gasoducto estaría terminado en ocho meses.

A estas alturas y, a pesar de las presiones de la UE sobre el Gobierno de España, nadie sabe si se hará o no el gasoducto. Tampoco yo me creo nada de Sánchez, pero una cosa es evidente: los 22 ministerios y los 1.000 asesores del Ejecutivo solo sirven para que Sánchez asiente unas buenas relaciones con la Rusia de Putin y sus aliados. El resto son habladurías.

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