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Agapito Maestre

Víctima y verdugo

La exculpación del criminal, la apología del delito y el enaltecimiento del mal que ha ofrecido Tele 5 al presentar al asesino de Sandra Palo como "otra" víctima de la sociedad es una de las mayores vilezas de las cadenas de televisión en España.

Quien hace pasar lo anormal por normal, lo incorrecto por correcto, el mal por el bien, está encanallando a la sociedad. Entrevistar en el mismo plano televisivo y moral a la madre de Sandra Palo, Mar Bermúdez, y a su asesino es una canallada. Dar voz al criminal para equipararlo a la víctima es una vileza. Y hacer todo eso por dinero, por captar audiencias, roza el abismo del mal. Es insalvable la entrevista de Tele 5 al asesino de Sandra Palo, Rafita, en esas circunstancias. Sólo en una sociedad encanallada, salvaje e infantilizada, en fin, allí donde libertad y esclavitud, bien y mal, aparecen mezclados y confundidos, proliferan estos fenómenos "periodísticos".

Jamás puede equiparse la víctima al criminal sin caer en la indecencia moral. El inocente, quien ha sido abatido por el mal del criminal, es la única víctima. El delincuente jamás alcanzará la categoría de víctima. No es un problema de teoría sino de historia. De vida. El criminal podrá rehabilitarse, incluso tiene el derecho de reivindicar para sí cualquier gracia, don o favor, pero nunca conseguirá equipararse a la víctima. La ética tiene un límite. También el Derecho Penal está incapacitado para hablar de penas eternas. Es un desatino, en verdad, hablar de penas eternas, pero eso no impide que distingamos claramente entre el criminal y la víctima. Nadie puede salvar al criminal de su crimen.

Si Satanás mismo lograra salvarse, entonces todo estaría permitido. La exculpación del criminal, la apología del delito y el enaltecimiento del mal que ha ofrecido Tele 5 al presentar al asesino de Sandra Palo como "otra" víctima de la sociedad es una de las mayores vilezas, y mira que han cometido, de las cadenas de televisión en España. Han tratado de ocultar, otra vez, el dolor concreto y singular de la víctima inocente con un dolor abstracto y universal que a todos nos convierte en "víctimas". Mentira.

Desconfíen de quien huya del dolor concreto, del dolor de la madre de Sandra, para demandar una "absoluta y total justicia universal". Desconfíen de quien equipara a Rafita, el criminal, con Sandra Palo, la victima. El disfraz metafísico de la inhumanidad consiste en mantener que todos somos víctimas y, por lo tanto, sólo puede acabarse con el dolor de una vez por todas en su conjunto o totalidad. Falso.

La única victima es el inocente.

El espectáculo montado por Tele 5 con esta entrevista es sobrecogedor. El dolor y el perdón han sido trivializados. Sin-sentido. Muertos. Cuando todo queda nivelado, equiparado y banalizado, entonces la moral no tiene lugar. La entrevista al asesino de Sandra Palo es una vileza que responde a la "cultura del espectáculo".

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