La jornada comenzó de nuevo con problemas meteorológicos. La lluvia, que no cesó en toda la noche, se mantuvo también en la mañana de hoy domingo. Malditas o benditas estas interrupciones. Malditas porque en las jornadas anteriores llegaron cuando mejor jugaban nuestros representantes y, en la reanudación, cambiaban las tornas y eran los americanos los que recuperaban la primacía. Benditas porque el simulacro de jornada del sábado marcaba una clara tendencia favorable al equipo europeo y la nueva suspensión de esta mañana nos hizo despertar, no confiarnos y afrontar una jornada que, sobre la base de las predicciones del tiempo, puede haber resultado clave.
Clave porque, como nos temíamos, no ha podido la Ryder este domingo y se alarga hasta mañana lunes. Pero también es absolutamente cierto que mañana termina. Concluyan o no todos los encuentros, en el día de mañana la Ryder Cup 2010 finaliza. Ampliando el comentario para hacerlo más fácil de comprender, los resultados que se sumaran a los respectivos marcadores serán aquellos de los partidos que se hayan disputado en su totalidad y todos aquellos que, por cualquier motivo no pudieran acabarse, se darán por empatados. Las predicciones no son nada halagüeñas, más bien todo lo contrario. Se esperan lluvias constantes y fuertes durante toda la jornada, con lo que nos atrevemos a decir que la totalidad de los individuales no se van a disputar.
Pero centrémonos en lo puramente deportivo. Nos despedíamos en la jornada de ayer con un resultado parcial de 6-4 a favor del equipo americano. Bien es cierto que en los seis partidos comenzados, Europa se había colocado por delante en todos ellos, pero la dificultad radicaba en mantener esa tendencia y confirmar la reacción del combinado europeo.
La ventaja se consolidó pronto y la pareja formada por Westwood –ejerciendo de autentico capitán en el campo– y Donald se impuso claramente al dúo americano compuesto por Tiger Woods y Steve Stricker. En el segundo encuentro, los irlandeses McIlroy y McDowell se imponían también, colocando el empate a seis en el marcador. Nuestro Miguel Ángel Jiménez, junto a Peter Hanson –una selección, bajo mi modesta opinión, no muy acertada del capitán Montgomery– se imponía a sus adversarios. Y de esta manera, Europa iba sumando punto tras punto, incluido el de Harrington, la auténtica, al menos hasta el momento, sorpresa negativa del equipo europeo por su bajísimo estado de forma.
Hasta el último de los enfrentamientos de hoy, donde los hermanos Molinari se defendieron con uñas y dientes agarrándose al campo con fuerza y con el apoyo de todo el público asistente, consiguieron al final salvar medio punto que puede resultar definitivo para el transcurrir de esta competición. Hemos podido comprobar la complicidad de todo el equipo europeo, incluidos los vicecapitanes. Hemos visto a Björn, Clarke, McGinley y nuestro Sergio García encarar al público, con claros gestos de emoción y arengarle para que anime más si cabe.
En resumen, grandísima reacción del equipo europeo. Nueva lección del público asistente mientras los americanos, con su peculiar forma de equipo, hacen en muchos casos la guerra de forma individual a la espera del milagro.
El lunes será un día definitivo en el que se vivirán dosis extremas de emoción y buen golf.