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Alberto Acereda

Con Aznar y contra Moratinos

Apenas han tardado unos días los lectores norteamericanos del Wall Street Journal en responder a los dos artículos que los días 24 y 31 de marzo publicaron respectivamente en ese mismo diario José María Aznar y Miguel Angel Moratinos y de los que ya dimos cuenta para Libertad Digital. La edición del viernes 2 de abril de dicho diario recoge ahora siete cartas al director de lectores estadounidenses respondiendo a tales artículos. Lo hacen, como debe ser, con absoluta libertad, desde ideologías distintas pero exponiendo unos puntos de vista que pueden y deben interesar a cualquier español preocupado ante la actual situación de España en el mundo.
 
Tres son las cartas respondiendo al artículo de Aznar y procedentes de lectores de Dallas, San Antonio y Nueva York. En todos los casos se repite el elogio a Aznar por su fortaleza y seguridad a la hora de hacer frente al terrorismo internacional. El primer lector matiza que el compromiso de Aznar en favor de la lucha antiterrorista en el mundo hubiera sido más consistente si la política española en Israel durante su mandato habría sido otra y le recuerda el no haber incluido en su artículo mención alguna a Israel como uno de los centros amenazados por el terror. El segundo lector vuelve a elogiar la valentía y el coraje de Aznar y también le recuerda que en su artículo, y al mencionar Nueva York, Bali, Mombasa, Casablanca, Estambul, Kerbala y Madrid como lugares acosados por el terrorismo, debería haber incluido también Jerusalén, Haifa o Tel Aviv. La tercera lectora escribe desde Nueva York y, entre otros elogios, afirma: “El artículo del Sr. Aznar demuestra el líder sano y realista que el pueblo español ha perdido. (…) Ahora que el Sr. Aznar ha perdido estas elecciones, puede dar con claridad su opinión sin preocuparse de las encuestas. Espero que el Presidente Bush siga al Sr. Aznar en el liderazgo y que se mantenga fuerte articulando sus posiciones”.
 
En la misma página de este diario se incluyen cuatro cartas más de lectores procedentes de estados distintos que opinan ahora sobre el artículo de Moratinos. El primero, desde California, afirma con ironía que si la política exterior del futuro ministro de exteriores de España se reduce a lo que proponía en su artículo “seguramente Al Qaeda y ETA estarán temblando”. El segundo lector asegura desde Pennsylvania: “La arrogancia de este hombre me aterra. Me gustaría ver al Sr. Moratinos decirle a un soldado americano o británico o polaco, que está arriesgando su vida cada día para asegurar la paz y la libertad a los ciudadanos de Irak, que su sacrificio no es ‘una auténtica lucha contra el terrorismo’”. Desde Wisconsin, el tercer lector le recuerda también a Moratinos que “está equivocado cuando dice que los terroristas no vencieron en España” y estima que no sólo fue así, sino que además no hay duda de que si los socialistas ganaron fue gracias a dicho atentado. Finalmente, un lector de Florida recrimina a Moratinos su afirmación de que el mundo es menos seguro hoy que hace un año. Tras recordarle las operaciones contra Al Qaeda, la erradicación del régimen de Saddam Hussein, el desmantelamiento nuclear de Libia y toda una serie de medidas antiterroristas, el lector le advierte a Moratinos que “esconder la cabeza en la arena no soluciona los problemas”.
 
Estos siete testimonios de ciudadanos norteamericanos pueden ayudarnos a extraer algunas conclusiones. En primer lugar, que existe una excelente consideración de Aznar entre el pueblo estadounidense, hasta el punto de considerarle como un ejemplo a seguir por el mismo Bush. Contrasta esta visión de Aznar en EE.UU. con la transfigurada imagen que la izquierda (anti)española y sus medios de comunicación afines han dado siempre respecto a un Aznar cobarde y postrado ante el presidente norteamericano. Claro está que a esa izquierda y a sus medios de propaganda no les interesa en absoluto recordar que ya en el verano de 2001, dos meses antes incluso del 11-S, Bush pasó voluntariamente por Madrid para comprometerse firmemente frente al pueblo español liderado por Aznar en la lucha contra el terrorismo. Prueba de que así fue y así sigue siendo desde entonces hasta hoy es el gran número de terroristas detenidos y puestos a disposición de la justicia española (sea con o sin la ayuda de Francia). Y ni que decir tiene el papel de EE.UU. en la crisis del Perejil, tan distinto -por cierto- al de Francia.
 
La segunda conclusión que cabe extraer de estas cartas toca a la opinión de los norteamericanos sobre Moratinos. Sus testimonios son unánimes y claros respecto a que el futuro ministro de Asuntos Exteriores tiene una visión errónea de lo que es el terrorismo y de las medidas para atajarlo. Conforme se cierran las heridas de la masacre y según la ciudadanía española va teniendo perspectiva de lo ocurrido en España el fatídico mes de marzo de 2004, sería deseable que los ciudadanos libres del Reino de España conozcan la opinión del pueblo llano norteamericano. Sus dos siglos largos de auténtica y verdadera democracia, su Constitución liberal, sus instituciones respetadas y su libertad en todos los órdenes de la vida deben ser un ejemplo para nuestra joven y corta democracia española. Por encima de demagogias y servilismos, de opiniones y de partidos políticos, nadie puede llevarse a engaño en algo tan decisivo para todos los ciudadanos: la libertad se conquista; lo difícil es conservarla viva y verdadera. Por eso uno escribe estos artículos, desde tan lejos, con el mismo amor por España, por el respeto a su Constitución y por la libertad de todos y para todos.
 

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