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Alberto Míguez

¿Con o sin capucha?

Sami Nair es uno de los componentes más destacados del extravagante y abigarrado séquito que sigue al “subcomandante Marcos”, junto con la viuda Mitterrand, el agricultor incendiario José Bové, el escritor comunista Vázquez Montalbán, el premio Nobel Saramago y otros personajes.

Sami Nair, que de vez en cuando se aproxima por tierras españolas para explicarle al Gobierno de Aznar cómo se arregla el problema de la emigración, es eurodiputado francés y autor de varios libros más bien tediosos. Ahora acaba de inspirar al señor Sebastián Guillén, alias subcomandante Marcos, para que envíe a sus representantes a Bruselas con el fin de explicar a los eurodiputados qué pasa en Chiapas.

Sostiene Marcos que “hasta ahora el Parlamento Europeo no ha escuchado la palabra de los pueblos indios”. Es una asombrosa y audaz observación que lo convierte –se reconvierte– en portavoz de los pueblos indios, amerindios, indígenas y demás. La expectación por escuchar en Bruselas y Estrasburgo la buena palabra zapatista es, obviamente, inconmensurable. Y añade Guillén “si Europa no escucha lo que está ocurriendo en América Latina, mañana va a exportar la pesadilla que actualmente ocurre en Yugoslavia”. Ya están advertidos los señores eurodiputados.

La pregunta que ahora se hacen muchos en la vieja Europa es si la delegación zapatista entrará en el hemiciclo de Estrasburgo con pasamontañas y antifaces, cananas y fusiles descargados, como intentó hacer en el Congreso mexicano con poco éxito. El asunto preocupa en extremo a los eurócratas, incluso más que las vacas locas y la fiebre aftosa. Sigan atentos a la pantalla.

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