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Alberto Míguez

Córcega: mafiosos y "patriotas"

François Santoni, el dirigente nacionalista corso asesinado en la noche del jueves, se sabía condenado a muerte por sus pares mafiosos de la nebulosa nacionalista corsa. Mucho sabía de esas cosas Santoni porque él mismo era un mafioso, arrepentido pero mafioso. La muerte le rondaba desde que sus ex camaradas de A Conculta (fue secretario general de la organización antes de abandonarla) habían asesinado a su compañero Jean-Michel Rosi, uno de sus adjuntos en la deriva terrorista.

En los últimos meses, Santoni había roto la ley del silencio obligatoria en este tipo de organizaciones y acusó directamente a su adversario de muchos años, Charles Piéri, de haber ordenado la muerte de Rosi. Piéri organizó el asesinato de Rosi desde la prisión de Fleury Mérogis (Paris), donde cumple condena por actividades terroristas, crímenes y pertenencia a banda armada.

Santoni no había abandonado sin embargo la red mafiosa por completo pese a ser un "arrepentido" y la policía lo consideraba como uno de los dirigentes de otro grupo sanguinario y activo, "Armata Corsa", que desde su creación en 1999 reivindicó tres asesinatos y una veintena de atentados. Había sido excluido del llamado "Proceso de Matignon", un inocente intento del gobierno francés para limarle los dientes a los terroristas corsos mediante concesiones políticas (descentralización, autonomía, etc.) y cuyo futuro es bastante oscuro a medida que los partidos democráticos del continente advierten que el primer ministro, Lionel Jospin, ha caído en una trampa saducea con el apoyo de la derecha de la isla.

Santoni era, pues, un capo mafioso ni peor ni mejor que los otros dirigentes del nacionalismo corso, extraño y sanguinario cóctel de delincuentes, narcotraficantes, abogados sin pleitos y políticos sin escrúpulos. En 1995 escapó milagrosamente a un atentado que le costó la vida a uno de sus compañeros. Pero "La Iguana" (como llamaban a Santoni por su mirada fría, el cráneo afeitado y las estatura chaparra) tenía los días contados.

Su muerte deja sitio a la nueva generación de nacionalistas universitarios, cuyo jefe de filas es el letrado Jean-Guy Talamoni y la también abogada Marie Helene Mattei quien, paradojas de la vida, había sido la compañera sentimental de Santoni y a la que algunos acusan ahora de estar próxima a quienes dispararon contra "La Iguana" tras una cena de boda.

Talamoni quiere ser ahora el unificador del movimiento independentista corso y acaba de reunir a todos los grupos y grupúsculos para promover la amnistía de todos los "presos políticos corsos". ¿A qué les suenan este lenguaje y estas reivindicaciones?

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