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Alberto Míguez

¿Cuánto vale un kilo de checo?

La comunidad internacional no parece haberse dado cuenta todavía de la gravedad de cuanto está sucediendo en Cuba desde que el pasado 12 de este mes la policía política de Castro detuvo a dos dirigentes políticos checos acusándoles de haber mantenido contactos con varios disidentes y los encerró en el principal centro de tortura, “Villa Marista”.

Este gesto, fríamente calculado por Castro y sus sayones, constituye una seria advertencia para todos aquellos países –España en primer lugar— que permiten a sus ciudadanos viajar al paraíso tropical y que pueden convertirse arbitrariamente en rehenes como ha sucedido con Ivan Pilip y Jan Bubeník.

La respuesta más lógica a tal provocación debería ser simplemente cerrar cualquier relación de tipo turístico o comercial con la castrodura. Apuesto doble contra sencillo, sin embargo, que nadie hará nada y que, al final, la liberación de los dos dirigentes checos concluirá con una sórdida operación de trueque y cambalache.

De lo que se trata ahora es de saber a cuánto se cotiza en Cuba el kilo de rehén checo. Castro es un experto en este tipo de cambalaches charcuteros. Cuando asoma la nariz por la isla algún personaje o personajillo (llámese Fraga, o Jessie Jackson) se despide de él regalándole algún preso o presos políticos, el único producto en el que su régimen es excedentario.

Deuda por rehenes: he aquí un nuevo modelo para aligerar la deuda externa. A propósito ¿cuántos millones vale un español bien alimentado que haga turismo sexual, si es que la policía cubana lo trinca contando chistes contra el gobierno?.

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