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Alberto Míguez

Demasiado para Fox

Comentaristas y hagiógrafos, periodistas y políticos están eufóricos con la toma de posesión de Vicente Fox como nuevo presidente de México.

Parecería que el nuevo presidente mexicano fuese un cruce entre Santa Rita, patrona de los imposibles, y San Pancracio, patrón de los que esperan y consiguen. “Hoy empieza el siglo XXI” titularon en las ultimas horas algunos medios iberoamericanos, “Nace un nuevo México” añaden otros anglosajones y europeos. Deberían preguntarse unos y otros, entusiastas e integrados, si hay para tanto.

Salvo que sea un trasunto del superhombre en versión azteca, Fox no podrá contentar a todos sus seguidores y mucho menos a cuantos han utilizado el botafumeiro para incensarlo hasta el sonrojo.

Las tareas que le esperan son enormes e inabarcables: debe, en primer lugar, reformar el Estado que era antes propiedad privada de un partido (el PRI). Deberá también luchar contra la corrupción y el clientelismo, los déficits públicos y un sistema fiscal arcaico. Deberá también domeñar a una clase política resabiada y levantisca, tendrá que lograr la neutralidad de las fuerzas armadas y de seguridad, estará obligado a entenderse con los “gringos” del Norte en asuntos tan espinosos como el narcotráfico y la emigración, dialogar con los sindicatos, hacer alarde de picardía y tolerancia con los intelectuales orgánicos –que ahora le aplauden- , proclamar una nueva constitución, parlamentar con el Sr. Guillén (alias subcomandante Marcos) en Chiapas y con otros grupos armados en el Estado de Guerrero, tal vez más peligrosos.

Y, sobre todo, deberá luchar contra la desigualdad y la pobreza, los demonios familiares del México negro. Todo ello, de prisa y corriendo, porque las expectativas que levantó su victoria son enormes y la paciencia de las gentes, limitada.

¿Podrá con tanto y con todo, Vicente Fox? Yo creo, sinceramente, que es demasiado. Para él, o para cualquiera. Sus seguidores deberán, en los primeros tiempos, dar prueba de sensatez, moderación y paciencia. Casi nada.

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