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Alberto Míguez

La espiral

Aparentemente, en Macedonia se dan todas las condiciones para que se inicie el diálogo para la paz: el ejército macedonio anunció un alto el fuego y la UCK respondió haciendo lo mismo. Javier Solana estuvo en Skopje y habló con todo quisque: sonrisas y ninguna lágrima. Todo va bien, señora baronesa.

Sucede, sin embargo, que las causas profundas del conflicto no sólo se mantienen sino que progresivamente se enquistan y agravan. El ultimátum del gobierno macedonio dirigido a la guerrilla cayó en oídos hueros: no podía ser de otra forma. La iniciativa la llevan los que la prensa occidental llama “terroristas albaneses” y los macedonios-albaneses, “nuestros hermanos”. En plena batalla, ningún ultimátum ha dado resultado. En los Balcanes, mucho menos.

“Este es un Estado salvaje que nunca nos aceptará y que espera su momento para borrarnos del mapa”, declaró el martes un moderado albano-macedonio, el rector de la Universidad de Tetovo. Nadie parece preocuparse por la histórica marginación de la minoría albanesa de Macedonia. O, tal vez ¿no es ya una minoría? Porque nadie se cree allí que los albano-macedonios sean solamente el 25% de la población. Probablemente superan el 35 y rozan el 40.

¿Se puede hacer la paz y construir la convivencia excluyendo a un tercio de la población?

Pero es que, además, esta minoría cuenta con el apoyo nada despreciable de sus “hermanos” de Kosovo, la UCK, militarmente organizados y motivados, dispuestos a seguir el combate para “liberar” a sus primos del otro lado de la frontera.

Quiere esto decir que, por mucho ultimátum que despilfarre el gobierno macedonio, por mucho alto el fuego que se dicte y proclame, el único camino es de carácter político, un diálogo a tres o, incluso a cuatro (si es que la Kfor quiere avalarlo) entre el Partido Democrático Albanés, el Partido Nacional Macedonio y, es inevitable, la UCK. Si este diálogo no se inicia cuanto antes, la guerra civil será inevitable.

Pero para evitarla sería imprescindible saber qué quieren la OTAN y los países participantes en la Kfor. Qué proyecto tienen o dicen tener para Kosovo: ¿una región autónoma, escindida de Serbia, un país independiente? O, simplemente, una hoguera encendida permanentemente...

La respuesta, en los próximos días o semanas. No podrá demorarse más de un trimestre.

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