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Alberto Míguez

La gabardina de Ana Palacio

Ninguna imagen más ilustrativa de la política exterior del aznarato que la de la ministra Ana Palacio con gabardina, modelo “los Albertos”, y la mano en el pecho en posición de saludo según la ortodoxia chíita mas estricta saludando al ayatollah Mohamed Jatami, lider de la revolución iraní.
 
El diario ABC asegura que la ministra ofreció al clérigo islámico en la audiencia “ayuda para abrir el diálogo entre Irán y los USA”. No indica el rotativo si Ana Palacio portaba en su equipaje, además de gabardina y  pañoleta, algún mensaje de su amigo Collin Powell y qué respondió Jatami al ofrecimiento español.
 
Dado que, según afirmaba otro diario madrileño, el coronel Gadafi decidió renunciar a las armas atómicas por sugerencia de Aznar, a quien regaló un caballo, no sería de extrañar que las relaciones americano-iraníes se reanudaran gracias a la mediación de la canciller española. Falta ahora que intervenga en el enojoso asunto de Corea del Norte, tercer país del “eje del mal”, tras la visita de una delegación privada americana a las instalaciones atómicas del Kim Song Il. Hasta el momento no hay prueba de que esta visita haya sido promovida por la diplomacia española, bastante más preocupada por lo que ocurre en Damasco o en Teherán que por lo que pasa en Paris o Bonn.
 
El súbito interés de la acción exterior española hacia dictaduras personales o teocráticas en Oriente Medio, África o Asia suscita bastantes dudas sobre la sostenibilidad futura de tal proyecto en los idus de mayo, cuando haya nuevo gobierno y nuevo presidente. Si ha de mantenerse el mismo ritmo de viajes y disfraces, sería conveniente añadir a los gastos de representación del Ministerio de Exteriores, otros, derivados del “aterezzo” para disfraces y aderezos: gabardina y pañoleta para los países islámicos versión chíita, velo y gandura hasta el tobillo para los tiranías wahabitas, uniforme de camuflaje para las visitas a las fuerzas de paz e interposición en Irak, burka para las inspecciones en Afganistán, cofia y delantal para los expediciones humanitarias y sanitarias, boina y visera modelo Mister Pesc para maniobras atlánticas, etc.  Posteriormente sería también útil y pedagógico abrir un museo anexo al Palacio de Santa Cruz con todas estas reliquias.
 
Aunque en libertad condicional, los “Albertos” siguen marcando la moda.

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