Bastó que la inmensa mayoría de los medios españoles lanzasen las campanas al vuelo anunciando una declaración sensacional sobre Gibraltar tras la entrevista entre los ministros de Exteriores español y británico en Londres para que viniera el famoso tío Paco con la rebaja y dejara a los sagaces informadores en cueros vivos.
Piqué y Straw acallaron este lunes el tono triunfalista que de un tiempo a esta parte ocupa las portadas de los diarios afines y el equipo mediático habitual.
Como en la famosa historia del paralítico y el león, los ministros repitieron la famosa frase: “no corráis, que es peor”. Esto, traducido a lenguaje diplomático, quiere decir que de lo sugerido, susurrado o anunciado, nada de nada. La negociación “avanza”, pero el acuerdo está todavía en mantillas.
En cuanto a la co-soberanía, palabra mágica y repetida hasta la saciedad por la prensa de los dos países, “estamos muy lejos de eso por el momento”, advirtió el ministro británico curándose en salud.
Resumiendo: el diálogo sigue, los gibraltareños están hechos un basilisco, amenazan y vociferan ante la verja pero no se sientan ni se sentarán en el mesa negociadora, simplemente porque no quieren negociar. Y la fecha límite para estas conversaciones hispano-británicas sigue siendo “antes del verano”.
Si, como todo apunta, los gibraltareños vuelven a bloquear el acuerdo rechazando la Declaración conjunta, el documento quedaría encima de la mesa para servir de referencia a futuras conversaciones. Tal vez a mediados del siglo próximo...
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