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Alberto Míguez

ONU:¿quién pagará todo esto?

Cuentan que Josep Plá cuando llegó a Nueva York y vió el despilfarro de luces y vehiculos, preguntó: pero bueno ¿quién pagará todo esto? La misma pregunta deberían hacerse los jefes de Estado que la semana pasada se concentraron en la ONU para celebrar la Cumbre del Milenio. Y especialmente Aznar y Blair, convertidos en pareja de hecho como "reformadores" de la Unión Europea, insistentes defensores de la creación de un cuerpo de paz permanente de Naciones Unidas dispuesto a intervenir en cualquier parte del mundo siempre que se produzcan "masivas violaciones" de los derechos humanos. El proyecto, además de polémico, será carísimo.

Antes que nada conviene recordar -algo que los medios de comunicación españoles no hicieron- que la financiación de las operaciones de paz todavía en marcha la pagan en realidad tres países: Estados Unidos (30,28%), Francia (7,9%) y el Reino Unido (6,16%) mientras que Rusia y China aportan apenas el 1,3% y el 1,2%. En otras palabras, 8 países aportan el 90% para las operaciones de paz y el resto -130 Estados- menos del 2%. El principal "pagano", Estados Unidos, está hasta el moño y el embajador Richard Hoolbrooke advirtió ya de que las cosas no pueden continuar como hasta ahora y que será necesario reformar la financiación de estas operaciones.

El Departamento especializado de la ONU que se encarga de estas operaciones está a punto de quiebra. Si se produjera algún incidente mundial que exigiera el envío de un cuerpo de paz en la actualidad sería imposible: las cajas están vacías.

En estas condiciones ¿es minimamente sensato proponer la creación de un "ejército ONU" cuando nadie parece dispuesto (España no puede hacer de jinete solitario en esto ni en nada) a soltar un dólar suplementario para tal menester?

Añadamos a ello la larga historia de fracasos que caracterizan las más recientes operaciones de paz bajo el mandato de la ONU (Sierra Leona, Timor, Líbano, Sahara Occidental, Congo, etc.), la falta de definiciones e indicadores para justificarlas (¿en qué consiste exactamentre eso de "masiva violación de los derechos humanos"?).

España ¿estaría dispuesta a asumir, por ejemplo, la financiación correspondiente a su aportación a Naciones Unidas (es el octavo contribuyente) y poner a disposición de la organización internacional el número de soldados y el material correspondiente?. La respuesta es no. ¿Para qué, entonces, este permanente toreo de salón planetario?

La Cumbre del Milenio ha terminado como todo el mundo esperaba: mucho ruido y pocas nueces. Hasta la próxima celebración.

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