Menú
Alberto Míguez

Un espectáculo nada aleccionador

El espectáculo al que asistimos casi en directo (Internet y TV obligan) tras las elecciones presidenciales de Estados Unidos, es todo menos aleccionador. Medios que anuncian resultados improbables y no comprobados, recuento lentísimo y aproximado de los sufragios, sospechas crecientes de fraude y pucherazo, manipulación y engaño a los votantes por parte de los muñidores habituales…

Si esto sucediera en una república bananera o africana, nadie podría asombrarse. Pero que pase en ese espejo envidiable y envidiado de democracia que son los Estados Unidos, asusta e indigna. No pocos en el ancho mundo tienen derecho a sentirse engañados y estafados.

Sólo la fortaleza de esa misma democracia, la cultura democrática de sus ciudadanos y la fuerza de las instituciones podrá sacar a Estados Unidos de este insólito lodazal. Cuanto antes, mejor.