Menú
Alberto Míguez

Una operación quirúrgica

Excluido el factor sorpresa, el ataque lanzado este domingo por la tarde contra el régimen de los talibanes y las bases de Ben Laden en Afganistán por Estados Unidos y Gran Bretaña tiene características hasta ahora clásicas, sin que ello excluya que en el futuro pueda haber mutaciones en el sentido de que estamos ante una batalla de características hasta ahora inéditas.

Hasta el momento, la secuencia bélica se ha limitado a lo que los estrategas del Pentágono han calificado ya como una “operación quirúrgica” y ha tenido tres características:

1. Lanzamiento de misiles de crucero desde submarinos británicos, barcos americanos y bombarderos B-52 sobre las instalaciones de mando y comunicaciones en Kabul, aeropuertos, centros de mando y defensas antiaéreas. Esto permitirá neutralizar muy probablemente las plataformas de lanzamiento de los misiles tierra-aire de los talibanes (entre cincuenta y cien operativos, según fuentes de inteligencia) y el aniquilamiento en tierra de los contados aviones (entre 18 y 20) de los “estudiantes islámicos”.

Es muy probable que los cuatro campos de aterrizaje todavía operables por los talibanes hayan sido destruidos ya, y lo mismo cabe decir de las instalaciones de defensa antiaérea adjuntas. No cabe decir lo mismo de otros centros de mando y control desperdigados en todo el territorio.

2. Ataque contra las bases de entrenamiento de Ben Laden en todo el país (veintitrés, según fuentes de inteligencia rusas, muchas más según fuentes de inteligencia electrónica) mediante misiles Tomahawk y bombardeos posteriores. Una parte de estas instalaciones podrían haber sido abandonadas hace semanas.

3. Prolegómenos de las operaciones terrestres de comando con tropas de elite británicas y norteamericanas que, desde hace días, se hallaban ya sobre el terreno. Los comandos cuentan con el apoyo de grupos guerrilleros de la Alianza del Norte y probablemente –esto no ha sido confirmado– con grupos independientes uzbecos y tayikos. Todo indica que tanto la inteligencia rusa como la logística en Uzbekistán y Tayikistán han funcionado a satisfacción de las fuerzas atacantes y se cuenta con ellos para el futuro.

Hasta el momento se ignora cuál ha sido la participación operativa de Australia, Francia, Alemania y Canadá. El presidente Bush sugirió que se había limitado a facilidades de tránsito en sus respectivos espacios aéreos, pero está claro que irá más allá. Sólo en la segunda fase, tras la operación quirúrgica o de “acondicionamiento”, se conocerá con exactitud la aportación de estos cuatro países del “núcleo duro”.

La operación constará probablemente de tres fases: la primera, de “acondicionamiento” tierra-aire, en la que estamos todavía y que puede durar incluso varias semanas, como sucedió en Kósovo; la segunda, de ataque y ocupación del terreno; la tercera, de control territorial y salida política una vez destruidas las bases de Ben Laden y aniquilado el régimen talibán.

Todo indica que, como dijo desde el principio Bush y reiteraron hace unas horas sus colaboradores, la operación iniciada este domingo será amplia, continuada y “en profundidad”. Es imposible calcular cuánto durará pero algunos sugieren ya que podría superar los cien días.

En Opinión