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Alberto Recarte

Chávez sustituye a la URSS

Ningún país ha recibido tantas transferencias del exterior en la historia como Cuba y ninguno ha retrocedido más económicamente. Una prueba más de que las ayudas exteriores no son definitivas para asegurar el crecimiento.

Chávez y Castro han firmado un acuerdo de suministro del petróleo que necesita Cuba para no pararse totalmente. Se menciona un contrato sobre la base de 60.000 barriles/día, lo que supone alrededor de 1.200 millones de dólares a los precios actuales, que el gobierno venezolano entrega al castrista a cambio de su intervención médica, educativa y, sobre todo, policial y militar en Venezuela. Un esquema similar al de hace 30 años, cuando Cuba suministraba soldados a la URSS, además de médicos y maestros para su despliegue en Angola, Somalia y Etiopía.
 
Esos 1.200 millones de dólares deben ser el 10% del PIB cubano que, sumados a los otros 1.000 millones que envían los exiliados a sus familias, suponen cerca del 20% del total del PIB. Ningún país ha recibido tantas transferencias del exterior en la historia como Cuba y ninguno ha retrocedido más económicamente. Una prueba más de que las ayudas exteriores no son definitivas para asegurar el crecimiento. Lo importantes es cómo se emplean. Por eso mismo fracasa la ayuda internacional a muchos países. En el caso de Cuba al menos sí se sabe por qué esas ayudas no contribuyen al desarrollo: se emplean para pagar el aparato policial en el interior y para exportar la violencia al exterior. Una política a la que se ha sumado el gobierno de Rodríguez Zapatero, cada vez más identificado con el eje Castro-Chávez-Kirchner.
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