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Alberto Recarte

Problemas del tipo único

El PSOE ni aclara ni aclarará su proyecto fiscal antes de las próximas elecciones. Un IRPF con tipo único requiere la toma de, al menos, cuatro decisiones con repercusiones económicas para las personas que lo declaran.
 
La primera, el mínimo vital exento. La segunda, el tipo como tal. La tercera, explicar a los contribuyentes que se han terminado las deducciones por rendimiento del trabajo, por adquisición de primera vivienda y por constitución de planes de pensiones e incluso el pago a las madres trabajadoras con hijos menores de tres años. La cuarta, en cambio, ya ha sido adelantada, me refiero a que las plusvalías y otros rendimientos del capital se gravarán mucho más que ahora y que, probablemente, no se mantendrá el régimen fiscal de los fondos de inversión y de seguros de vida a largo plazo.
 
Desde el punto de vista conceptual un sistema como el que defiende el PSOE tiene el atractivo de la simplicidad, pero con la gran contradicción del trato al ahorro. En la práctica, y para el que tiene que gobernar, lo lógico sería ir modificando el actual sistema, rebajando los tipos y eliminando distorsiones. Es mejor una tercera reforma fiscal que una aventura que puede terminar en perjuicio para muchos y en problemas de recaudación para la hacienda pública.
 
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