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Alejandro A. Tagliavini

Delincuencia y crisis

Había una época en que los porteños se jactaban de que en su ciudad, Buenos Aires, al contrario de lo que ocurría en las grandes ciudades de Estados Unidos, los jóvenes y demás personas podían transitar las calles durante toda la noche sin la menor preocupación de ser víctimas de algún delito. Hoy, el nivel de delitos es tal, que la seguridad personal es una de las principales preocupaciones de los argentinos, a pesar de que debido a la profunda crisis actual los problemas son muchos y serios.

Durante esos mismos años, los padres argentinos tenían fundado temor de que sus hijos viajaran solos a Estados Unidos y más aún temían que se quedaran allí a estudiar, debido al difundido consumo de marihuana y drogas entre los jóvenes. Hoy, es más peligroso estar en Argentina.

Aun cuando este país tiene más policías per capita que Estados Unidos, de manera que represión no falta, desde 1991 hasta 2002 aumentaron 166% los delitos, con un crecimiento anual promedio de 14,4%. En 1991 se denunciaban unos 1.341 hechos ilícitos por día, pero durante el primer semestre de 2002 el total fue de 3.574 denuncias diarias. Esto equivale a un promedio de 148 delitos denunciados en fueros penales por hora. De mantenerse la tendencia, la proyección de delitos denunciados por día durante 2003 llegará a 4.088, y sólo incluye los hechos denunciados ante las autoridades policiales o judiciales.

El 69,8% de los delitos son robos, hurtos y tentativas de robo y hurto, y el 15, 7% son delitos contra las personas. La provincia de Buenos Aires concentra la mayor cantidad de hechos delictivos, 25% del total denunciado en el país, seguido por la ciudad de Buenos Aires, con 17%. Esto muestra cierta correlación entre la cantidad de hechos delictivos y el nivel de población, ya que los distritos con más habitantes son también los que registran más cantidad de delitos.

La ciudad de Buenos Aires tiene un promedio de un delito denunciado cada 15,1 ciudadanos por año. Si tenemos en cuenta que los delitos no denunciados probablemente sean más numerosos, la posibilidad de que un porteño sea víctima es grande.

Por otra parte, el 14% de quienes trabajan en la ciudad de Buenos Aires y alrededores consume drogas: cocaína y marihuana. Las estadísticas también marcan que el consumo entre los trabajadores porteños y bonaerenses se cuadriplicó en los últimos 16 años. En 1987 el consumo no llegaba al 3%.

Las causas de este aumento, dicen los especialistas, tienen que ver con el estrés actual que viven los trabajadores a diario, el mayor nivel de competitividad que se plantea en las empresas y las malas condiciones laborales que enfrentan los asalariados. No hay profesión u ocupación que escape a la droga, ni diferencia entre ámbitos públicos o privados, como tampoco hay edades ni zonas que se distingan. El consumo es generalizado.

¿Qué es lo que lleva a los trabajadores a consumir drogas? "Es un cóctel. Hay más pobreza, más marginalidad, las condiciones laborales empeoraron, la continuidad y la seguridad laboral también, las remuneraciones bajaron y la competitividad es mucho mayor. Estas situaciones provocan estrés, taquicardias, hipertensión. Esto lleva al consumo de droga", explica el Dr. Pinto, director de las estadísticas.

Ahora, todo esto coincide con el alto desempleo. Desde 1991, la desocupación crece, pasando de alrededor del 6% al 24% de la población económicamente activa. Y todo esto coincide también con el aumento del gasto estatal, básicamente asistencial, dentro de un país con un sistema laboral rígido, fuertemente regulado por el Estado.

En conclusión, si no fuera que no quiero molestar a los estatistas, diría que la coacción estatal en aumento para aumentar la recaudación de impuestos para financiar gastos gubernamentales crecientes, dentro de un sistema laboral encorsetado, ha provocado una creciente desocupación y un aumento en la pobreza y marginalidad, todo lo cual conduce a la destrucción (otra cosa no podía esperarse de la violencia) de la persona humana.

Alejandro A. Tagliavini es miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE (Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas).

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