Menú
Alicia Delibes

Cien años de instrucción pública

El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte se prepara para festejar los cien años de enseñanza, instrucción o educación pública. Hace ahora un siglo que el gobierno conservador de Silvela decidió separar del Ministerio de Fomento los asuntos referentes a la educación. Se creó así el Ministerio de Instrucción Pública; el 18 de abril de 1900 Antonio García Alix fue nombrado primer ministro del ramo.

Al terminar el siglo XIX, el panorama educativo era en España bastante desolador. A pesar de que desde 1857 la escolarización se había hecho obligatoria, casi el 68 por ciento de los españoles era analfabeto. Los maestros, con una formación deficiente, recibían, de los ayuntamientos, tarde y mal sus escasos honorarios. En los últimos veinte años, diecisiete planes de estudio diferentes habían regulado la enseñanza media. La universidad era centro constante de disputas y discusiones políticas.

La cuestión de la libertad de enseñanza había perturbado la convivencia nacional en los últimos años del siglo anterior. Romanones, con motivo de la apertura oficial del curso académico 1902-1903, leyó un discurso en la Universidad de Salamanca en el que quiso marcar el comienzo de una nueva época en la que liberales y conservadores debían trabajar juntos si querían poner la educación española al nivel de los grandes países europeos, y expresaba de esta forma su postura ante el papel que al Estado le tocaba representar en la educación española:

“ ¿Y qué sería de nosotros, señores; qué sería de España si el Estado abandonara esta que ya no es simple función de su organismo, sino misión altísima, deber sagrado e ineludible? ¿Qué sería de la nación, qué del pueblo, si nos concretáramos a dejar a los padres de familia el uso libérrimo de lo que alguien llama sus derechos en orden a la educación de sus hijos? ¿Acaso no hemos visto, acaso no consta en la Historia del siglo XIX que desde el año 57, en que se impuso a los españoles todos el deber de llevar a sus hijos a la escuela, el modo cómo este deber se ha cumplido?”

Larga ha sido la historia de la instrucción española en el siglo que ahora termina, es difícil hacer balance objetivo cuando se atraviesan momentos tan conflictivos para la educación como los que ahora vivimos.

Nuestra enseñanza pública acoge a todos los ciudadanos pero casi no instruye a ninguno. Paralela a ella, la enseñanza concertada, convertida en una válvula de escape, cobra cada día más importancia. Quizás sería el momento de examinar cuidadosamente la labor que ha hecho el Estado a lo largo de este siglo y discutir sin prejuicios y con realismo el papel que debería cumplir en una sociedad que poco se parece a la de 1900.

En Opinión