Menú
Alicia Delibes

La llamada contrarreforma

Según escribía Mercedes Rosúa en su libro El archipiélago Orwell, publicado este invierno por la editorial Unisón, el mundo educativo ha quedado convertido, dentro de nuestra democracia, en un islote que se rige por un sistema totalitario.

En un sistema democrático todos los errores pueden corregirse. Ahora bien, si es cierta la teoría de Rosúa, si resulta que el mundo educativo está totalmente dominado por una pedagogía totalitaria donde cualquier intento de cambio, de innovación o de librepensamiento es automáticamente desautorizado y eliminado, tendríamos que llegar a la conclusión de que los errores cometidos en los últimos años ya no pueden corregirse.

Estos oscuros pensamientos me han acompañado este fin de semana mientras intentaba analizar y sopesar las novedades que la ley de Calidad traerá al sistema educativo español. Cuando una situación se ha hecho tan irreversible lo importante, me decía a mí misma, es dar algún paso, por pequeño que sea, en la buena dirección. Y la buena dirección, cuando se habla de enseñanza, es, entre otras cosas, insistir en el esfuerzo personal, responsabilizar a los escolares de su propia formación, valorar los contenidos de las materias que se enseñan y poner la libertad individual por delante de la uniformidad y el igualitarismo. En este sentido puede decirse que LOCE (Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza ), que hay quien llama “contrarreforma”, es un paso, aunque para algunos resulte demasiado tímido, en la buena dirección.

0
comentarios