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Alicia Delibes

Laboristas y conservadores británicos

Ante el rotundo fracaso del sistema de las Comprehensive Schools, aceptado ya incluso por los laboristas que fueron sus más fervientes defensores, los dos partidos mayoritarios británicos presentan en sus programas electorales soluciones distintas para remediar los grandes problemas que aquejan a la educación secundaria.

Los laboristas, que siguen empeñados en buscar soluciones basadas en el incremento del gasto público, prometen más recursos tecnológicos para alumnos y profesores, más profesores por aula, mayor número de plazas para los niños de tres años y más dinero para los directores de los centros. Sin embargo, conscientes del mal uso que se está haciendo del dinero destinado a la educación, anuncian que el reparto del gasto público no se hará de forma indiscriminada, sino que se restringirá a los centros que “tengan éxito” en su labor educativa. Y ahí está la madre del cordero, en cómo determinar cuáles son los colegios merecedores de la ayuda estatal. Son muchas las denuncias que se han hecho en los últimos años contra ciertas escuelas que escamotean datos y engañan sobre sus resultados para conseguir mayores subvenciones.

El partido conservador basa su campaña en la total libertad de los centros. Propone entregar directamente el dinero público a los colegios para que ellos lo gestionen como mejor les parezca, eliminar toda burocracia superflua, dejar a los directores y Governors (parecidos a nuestros Consejos Escolares) la libertad para establecer sus propios criterios de admisión de alumnos, las normas de convivencia y disciplina o ciertas recompensas al profesorado que demuestre mejores resultados. Por otra parte, permitirán y ayudarán económicamente a la iglesia, grupos de padres, fundaciones o empresas que quieran abrir colegios, siempre que estén sujetos a la inspección del gobierno.

Estas serían las líneas generales de actuación de los laboristas y conservadores en el terreno de la enseñanza. En cuanto al tratamiento que estos dos partidos políticos dan a los problemas concretos que la educación tiene planteados actualmente en el Reino Unido, también encontramos ciertas diferencias.

Para atajar la, cada vez mayor, indisciplina en los centros de secundaria, los conservadores abogan por la expulsión de los alumnos conflictivos y la creación de centros especiales donde puedan recibir una atención dirigida a resolver sus problemas de conducta; los laboristas, por el contrario, todavía respetuosos con la filosofía “comprensiva”, antes de separar a unos escolares de otros, intentarán solucionar el problema dando mayor poder a los directores para abordar las faltas de disciplina y facilitando profesores de apoyo para que pueda mantenerse el orden en las aulas.

En cuanto a la formación del profesorado, los laboristas hablan de crear, dentro de cada carrera universitaria, nuevas ramas de especialización pedagógica dirigidas a aquellos estudiantes que deseen dedicarse a la enseñanza, mientras que los conservadores optan por una formación más práctica del profesorado que podría llevarse a cabo dentro de los mismos colegios de secundaria que hayan sido reconocidos como “centros de excelencia”.

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