Menú
Alicia Delibes

Madrileñizar el currículo

Establecidos por el Real Decreto de Enseñanzas Mínimas de diciembre del 2000 los contenidos de los programas de la enseñanza secundaria comunes a todas las autonomías, las distintas Consejerías de Educación deben completar el llamado “desarrollo curricular” de las diferentes disciplinas.

Pues bien, el nuevo Consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Carlos Mayor Oreja, acaba de presentar el borrador del Decreto que regulará los contenidos de la enseñanza secundaria en los centros escolares de la región. Según dicho borrador, se respetarán los mínimos que establece el Real Decreto de Pilar del Castillo pero se intentarán “madrileñalizar” los contenidos de todas las asignaturas.

En realidad, lo que la Consejería pretende no es más que darle a toda la educación madrileña cierto color regionalista. Se pretende que los escolares madrileños “comprendan mejor su entorno sin que esto suponga una merma de su conocimiento global”. Es decir, que sin olvidar que existe un río llamado Ebro como que hay otro que se llama Sena, a partir de ahora se considerará imperdonable que un niño de Madrid no conozca los ríos y riachuelos de la región. Y que, sin despreciar los hechos históricos acaecidos en el mundo entero, no podrá ningún alumno de secundaria desconocer todo lo sucedido dentro de los límites geográficos de la Comunidad de Madrid.

No es que me parezca mal el que los niños que viven en Madrid, conozcan Madrid, lo que me parece absurdo es que cuando se está diciendo que gran parte de los escolares españoles están al borde del analfabetismo, lo que más importe a nuestra Comunidad Autónomas sea “ madrileñalizar” la enseñanza.

Pero es que, además de absurdo, me parece peligroso. No creo que sea exagerado por mi parte pensar que tras la aparentemente ingenua regionalización de la enseñanza se puede esconder el miedo a hablar de la realidad de España. No es extraño, si uno se pasea por las fiestas de los pueblos, escuchar a los pregoneros terminar con un ¡viva Potes! ¡viva Cantabria!, por poner un caso, pero rara vez se oirá que el pregón se cierre con vivas a España. Parece como si el solo nombre de España tuviera, para mucha gente en nuestro país, connotaciones fascistas. Una paranoia que fue, en su día, alimentada por la izquierda y de la que debemos curarnos los españoles.

Quienes se dedican a la educación deberían, más que nadie, analizar cuidadosamente si estas reivindicaciones regionalistas no fomentarán el amor a la patria chica en detrimento y confrontación con la patria grande. Quienes planifican los estudios deberían plantearse, sensata y honestamente, si ese empeño que ponen en que el niño conozca y “comprenda” el entorno en el que vive no oculta un temor irracional a enseñar y comprender lo que es España.

© www.libertaddigital.com 2001
Todos los derechos reservados

Titulares de Libertad Digital
Suscríbase ahora para recibir nuestros titulares cómodamente cada mañana en su correo electrónico. Le contamos lo que necesita saber para estar al día.

 &nbsp
!-->

En Sociedad

    0
    comentarios