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Amando de Miguel

¡A los carromatos!

Nos quejamos de que el español actual contenga muchas palabras derivadas del inglés. Pero esa adaptación es un signo de vitalidad de los dos idiomas.

No soy muy partidario de utilizar en la escritura los signos de admiración, pero a veces se necesita dar expresividad y emoción a las palabras. Este es el caso. Es un nuevo grito con el que Carlos Herrera anuncia su tertulia mañanera. Lo superpone a una sintonía que recuerda la marcha de los carromatos hacia las tierras del Oeste norteamericano. El símbolo más visible de esa estampa era la hilera de carromatos o covered wagons. El modelo más famoso fue el Conestoga wagon, de una palabra india que significa "barrizal". El "carro" y todas sus variantes procede del latín currus (= lo que se mueve). El origen está en el sánscrito y quizá en una voz onomatopéyica. El "carromato" en español es el que tiene toldo. Luego es una buena traducción de covered wagon. Muchos de esos carromatos seguían la ruta del Spanish trail (= sendero español) entre Texas y California.

La fabricación en serie de los covered wagons o carromatos, a mediados del siglo XIX, fue la base de la potente industria norteamericana 50 años después. El héroe de la época de los carromatos fue el cowboy, que primero se llamó "vaquero" en español como palabra inglesa. No hay que olvidar que las caravanas de carromatos atravesaban un territorio en el que, aparte de las lenguas indígenas, se había asentado previamente el idioma español. Así, quedan todavía muchas palabras españolas, dichas en inglés, para dibujar ese mundo. Por ejemplo, el ten gallon hat o sombrero mexicano de algunos vaqueros. Se ha traducido mal por "sombrero de los diez galones", en el sentido de una medida de capacidad. Nada de eso, los "galones" eran las tiras bordadas del atuendo de los charros. Por cierto, el hat (= sombrero) se llama también en el inglés del Oeste "sombrero". Otras palabras españolas de ese ambiente son stampede (= estampida), rodeo, ranch, lasso, corral. 

Nos quejamos de que el español actual contenga muchas palabras derivadas del inglés. Pero esa adaptación es un signo de vitalidad de los dos idiomas. También hay muchas palabras españolas que han penetrado en el inglés americano y no solo por la marcha hacia el Oeste de los carromatos. Por ejemplo, adobe, aficionado, alligator (de "lagarto"), amigo, cafetería, fiesta, gringo  (de "griego", el que habla un idioma extraño), hombre, macho, mosquito, mañana (de "mañana"), plaza, señorita, siesta, tornado. Solo en California hay 400 nombres de ciudades que llevan nombres españoles, muchas veces de santos, como San Francisco. El más notorio es El Pueblo de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles de la Porciúncula, abreviado en Los Ángeles.

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