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Amando de Miguel

Alegrías onomásticas

Rosario Alcalde Lázaro, de su paso como dependienta de El Corte Inglés, recuerda el nombre de dos clientes que pagaban regularmente con tarjeta: Gojoncio de la Polla y Luis Portero Cotilla.

Diego Rodríguez-Vila Ibáñez transmite una historia que se cuenta como verdadera, pero que él no puede certificar su validez. "Un matrimonio sudamericano quería poner a su hijo el nombre del santo del día. Pero resultó que en ese día había muchas onomásticas, por lo que el niño terminó llamándose... Santoral al Dorso".

Javier Molinas (Madrid) declara que su nombre de pila completo es Javier Prudencio, hijo de Prudencio Javier. Su abuelo y su bisabuelo se llamaban Prudencio. Como administrador de fincas, don Javier ha podido anotar algunos nombres curiosos: Francia Leydi (colombiana), César Stalin (colombiano), Lenin Remigio (ecuatoriano), Alemán Franco (colombiano), Perseverancia (ecuatoguineana). Algunos de los vecinos que administra se llaman Amara, Amaranta, Marciana o Zósimo, entre otros.

Rolando D’Abraldes-Holberg Morelli (Philadelphia, Pennsylvania, USA) anota algunos nombres extravagantes de cubanos: Aspirilín, Usmail (= U.S. Mail), Yosvani, Yusmeli, Yasminonda, Evangelio, Yosemita (por el parque nacional), Ferpol (= Fernando y Paul), Lenin Vladimir, Fidel Raúl, Estalin (apellidado Vivo), Úrssula (con dos eses en homenaje a los soviéticos) y Gagarín.

Fernando Domínguez aduce una entrañable lista de sonoros nombres inscritos en el árbol genealógico de su mujer: Isauro, Primitivo, Heraclio, Segismundo.

Melchor Sánchez de Toca (Ciudad del Vaticano) ha conocido nombres muy curiosos en sus viajes por América. Por ejemplo, una chica llamada Craisler, porque a su papá le gustaba la marca Chrysler. En algún caso el obispo, en la confirmación, pronunciaba un poco a voleo los nombres de sus feligreses: Duberley, Balmore, Ferney, todos masculinos. En Puerto Rico conoció a una pareja: él se apellidaba Saliva y su novia Arroyo. Acabaron dejándolo al pensar que, cuando se casaran, ella sería Arroyo de Saliva.

María Pilar Sanz precisa algunos nombres poco comunes: "Familiares míos de Soria: Baraquisio, Macaria, Eufernia y Rufina. Una amiga de Segovia: Ermelinda. Una amiga de Barcelona: Renilde. Un doctor de Madrid: Servelio". Decididamente estamos muy lejos de considerar monótona la onomástica española.

Elías Monsalve me comunica que, en cuestiones onomásticas, Venezuela se lleva la palma de originalidad. Así, un señor venezolano, apellidado Toco, puso estos nombres a sus hijas: Yola, Nola y Sila. De esa forma los nombres completos quedaron en Yola Toco, Nola Toco y Sila Toco. Don Elías atestigua otros nombres de venezolanos, los llamados Orange Crush, Frigidaire o Impala. Don Elías trabajó en Petróleos de Venezuela y tuvo una secretaria llamada Needys y un compañero que respondía al nombre de Rimsy (por el compositor Rimsky Korsakov). Por si fuera poco, don Elías añade una divertida anécdota:

Y ya para terminar contarle una historia corta. En un viaje a Venezuela con mi mujer, nos reunimos con un grupo de amigos. Al decir mi mujer que su nombre era Mar, una de las invitadas se echó a reír comentando que igual que el Océano, entre muchas muestras de extrañeza por un nombre tan raro. Mi mujer le preguntó a ella su nombre y le contestó que se llamaba Carhil, pues su papá se llamaba Carlos y su mamá Hildebranda.

José Miguel García Torres da cuenta de algunos nombres divertidos de su familia. Por ejemplo, su abuelo Sinforiano. También conoció a una tal Sinforiana, abuela de la cocinera de un restaurante valenciano, en cuya carta figuraba un "plato Sinfo". Otros nombres de personas amigas de don José Miguel son Celedonio, Maximina, Feliciano y Tentudia. Para mí Maximiano es nombre literario y Feliciano corresponde a un gran amigo. Se abre el mundo cada vez que uno amplía la nómina onomástica.

Joaquín Gallardo Rodríguez (Sevilla) conoce a tres Hermengaudios (abuelo, padre y nieto) y a una Hermelinda. Familiarmente todos son conocidos como Herme. Debo añadir que ese prefijo Herme no procede del dios griego Hermes sino del antiguo alemán erman (= grande).

Ignacio Seligra (Valencia) tiene un alumno, español por los cuatro costados, de nombre Yedai, que es la pronunciación inglesa de Jedi, un personaje de la película "La guerra de las galaxias".

Javier da cuenta de que antes, en Aragón, era bastante frecuente que un varón se pudiera llamar Pilar. Añado que el nombre común "pilar" es masculino. Realmente el nombre femenino es María del Pilar.

Francisco Mora me apunta varios nombres propios que pueden servir para los dos sexos. Son nombres de personas que él conoce:

  • Salomé Redondo y Morcillo, conductor de autobús urbano en Madrid.
  • (Don) Pilar, conocido notario de Alcázar de San Juan.
  • Trinidad, tanto varones como mujeres.

Miguel Serrano Avello (Barcelona) certifica que el nombre de Trinidad lo llevan dos personas muy queridas para él: un hijo varón del médico forense de Mataró (Barcelona) y su madrina de bautismo.

Rosario Alcalde Lázaro, de su paso como dependienta de El Corte Inglés, recuerda el nombre de dos clientes que pagaban regularmente con tarjeta:Gojoncio de la PollayLuis Portero Cotilla. Creo que ya he contado aquí la anécdota de un médico asturiano llamado donCojoncio. Una paisana que fue a la consulta se puso un poco nerviosa y se dirigió al médico de esta forma: "Perdone usted, don Jodoncio".

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