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Amando de Miguel

Algunas insolencias

Los perroflautas de la Puerta del Sol no asesinan a nadie, pero ocupan ilegalmente el espacio público, moran en él. Es una forma de violencia simbólica.

No entiendo por qué estos comentarios que aquí vierto producen algunas reacciones tan insolentes o, incluso, violentas. Está bien que discutamos y que manifestemos ciertos desacuerdos, pero sin ofender. Si alguna vez soy yo el que insulto, pido perdón de antemano. Español soy y me voy de la lengua algunas veces.

Carlos Freile sostiene que la creencia de que en España hay apellidos judíos "no pasa de ser un mito urbano". Pregunto: ¿No es también un mito rural? Entiendo que muchas veces se exagera con lo de los apellidos judíos, pero a veces ese origen está justificado. Un buen amigo mío, León Benelbas, se siente muy orgulloso de su estirpe judía, aunque él sea españolísimo. Puede que mi apellido (por ser el de un nombre propio) proceda de un origen judío converso. Estoy ultimando una novela sobre una pareja actual de judíos españoles en el ambiente madrileño. Juego con la idea de que los apellidos judíos son los que los judíos dicen. No se hace daño a nadie.

Pedro Campos vuelve donde solía, sus comentarios ácidos y resentidos. En este caso duda de que la Universidad Tomás Moro exista legalmente. Por tanto insinúa que es un "delito" utilizar ese nombre. Los que participamos en ese proyecto estamos tintados de "fraude" y de "corrupción". Alto ahí. El nombre de Universidad Tomás Moro está registrado legalmente. Su propósito no es el de dar carreras regladas, sino proporcionar enseñanzas complementarios de tipo humanístico (Historia, Filosofía, etc.) a los mayores de 40 años. Hay más iniciativas de ese estilo. Algunas se llaman "Universidad para mayores". Sostengo que los mayores suelen ser los mejores alumnos, precisamente porque no van a sacar un título sino a aprender. Al menos esa ha sido mi experiencia en la Complutense. Don Pedro desliza alguna otra insinuación que me degrada, pero siento vergüenza ajena de transcribirla. ¿Qué tripa se le habrá roto a don Pedro?

Tendríamos que aprender mucho de la capacidad de insultar con elegancia que tienen los ingleses. Jaime Lerner, desde Tel Aviv, me envía algunas muestras. Por ejemplo, en un debate del Parlamento inglés, un diputado le espetó a Disraeli: "Intuyo que su señoría morirá en la cárcel o de alguna enfermedad vergonzosa". Disraeli le respondió al instante: "Señoría, eso depende de si abrazo su política o a su amante". Mae West dijo de un colega: "Su madre debió haberle abandonado al nacer y haberse quedado con la cigüeña". Oscar Wilde escribió este obituario de un colega: "No tuvo enemigos, pero fue aborrecido intensamente por sus amigos". Hay muchos más ejemplos, pero mi espacio es limitadísimo.

Por si fuera poco lo dicho por Pedro Campos, el hombre me critica mi juicio sobre el asesino de Oslo como próximo a los sedicentes "perroflautas" de la Puerta del Sol. Don Pedro me corrige: "El autor de la masacre pertenece a la extrema derecha nacionalista, es decir, se sitúa en la misma línea ideológica que quienes escriben en Libertad Digital". Concluye: "No tienen ustedes vergüenza. Son ustedes muy peligrosos". La verdad es que no me imagino a mis compañeros de Libertad Digital matando a un centenar de personas. No creo que sean de extrema derecha ni nacionalistas. Desde luego, aseguro que no es esa mi ideología. Naturalmente, cada uno que piense como quiera, pero lo que nos une en este periódico digital es el liberalismo político y económico. Tanto es así que algunas veces criticamos, no ya a la extrema derecha, sino a la derecha sin más. Nos irritan todas las formas de nacionalismo. Sobre el asesino de Oslo, cuando escribí el comentario, no me había percatado de que era masón. No creo que los masones sean de extrema derecha ni nacionalistas. Lo único claro es que es un asesino o un terrorista. En Libertad Digital no nos gustan nada los terroristas, sea cual sea su calaña, incluso aunque sean noruegos. Los perroflautas de la Puerta del Sol no asesinan a nadie, pero ocupan ilegalmente el espacio público, moran en él. Es una forma de violencia simbólica. Por otra parte, el utopismo o el fundamentalismo de estos desharrapados se parece a la ideología del osloense. Reconozco que quizá sea un juicio precipitado porque nos han informado muy poco sobre lo que piensa el mocetón asesino.

Esta vez Hug Banyeres me hace una crítica justa. Simplemente, me dice que el verbo latino "mitere no existe". Es cierto. El verbo es "mittere" (= enviar). Con el mosén siempre se aprende algo.

Reitero mi idea de que la lengua y la cultura españolas son muy propicias al insulto descarado. Pero el progreso y la civilización consisten en superar ese rasgo. Vamos a ver si entre todos lo conseguimos.

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