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Amando de Miguel

América

Adriana Gómez (México) nos enriquece con unas cuantas observaciones sobre el habla mexicana.
─ “puixteque” (= niño remilgoso a la hora de comer). En España decimos remilgado o comique.
─ “landingo” (= el que sobresale de manera escandalosa para hacerse notar).
─ “andar como chile ardiendo” (= de manera demasiado activa y ruidosa).
─ “ser cuentachiles” (= ser agarrado o ahorrativo).
─ “ser jacalero” (= chismoso, chafardero, metomentodo).
─ “escuincle” (= niño, enano; no escuinche, como por error aquí se decía).
 
Doña Adriana observa que en España a veces se llama “emigrantes” a los que realmente son “inmigrantes”. Es razonable esa crítica, pero a veces tiene sentido llamar desde España “emigrantes” a los foráneos para indicar que pesa mucho su país de origen, al que todavía pertenecen. No es un desprecio sino un respeto. De todas formas, doña Adriana tiene razón.
 
Antonio Pérez Marín aporta un dato interesante de su niñez. El “voseo”, tan argentino, lo utilizaban en su pueblo, Figueruela de Arriba (Zamora). Era la forma de tratamiento de los hijos al dirigirse a los padres.
 
Se me ocurre que en la parla coloquial española se utiliza mucho la frase hecha “bien ¿y vos?” ante la pregunta “¿Cómo estás?” o equivalente. También es corriente lo de “por ser vos quien sois” para indicar una conducta altiva.
 
Felipe González (Toronto, Canadá; supongo que no es el presidente español) matiza que el “voseo” colombiano es solo de Medellín y Cali, no de Bogotá. En cambio, en Bogotá se trata de “usted” a los amigos y parientes cercanos, mientras que el “tú” se reserva para las personas más distantes.
 
Eduardo Fungairiño (jurisperito) ha recogido algunas expresiones del lenguaje judicial propias de algunos países hispanoamericanos. Es la mejor demostración de que las variaciones geográficas del idioma no están solo en el habla popular:
 
─ Argentina: “El suspecto luce frondoso prontuario exterior, lo que amerita su detención” (= el sospechoso tiene una nutrida hoja de antecedentes penales por delitos cometidos en el extranjeros, lo que es motivo para su detención).
─ Perú: “La probanza que corre de foja 36 de las constancias fue desahogada el 25 de julio” (= la prueba que obra a folio 36 de las actuaciones fue practicada el 25 de julio).
─ México: “El de la voz insiste en que vio salir al suspecto” (= el declarante insiste en que vio salir al sospechoso).
 
El incansable José Luis Germán me corrige: “Juraría que en toda Sudamérica, canciller no es un alto cargo de una embajada, sino el más alto cargo, es decir, el ministro”. Es decir, el embajador mismo. Don José Luis me apunta un sabroso dominicanismo. En la República Dominicana guapo es tanto como “enfadado”. Será por antífrasis, calculo yo.
 
Raúl Sibeud comienza así: “Aquí estoy nuevamente dándole la lata ─como se dice en Argentina─ país donde viví muchos años”. Le participo que “dar la lata” también se dice en España en el mismo sentido. Pues no, no me da la lata, don Raúl, sino que recibo con gusto sus misivas. En este caso don Raúl me recuerda que el lunfardo de Buenos Aires dista más del español que el catalán o el gallego. “Sin embargo ni el más populista y estulto de los gobernantes ─casi todos─ que ese hermoso país ha tenido se le ha ocurrido convertirlo en lengua oficial de la ciudad de Buenos Aires”. Es una buena comparación.

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