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Amando de Miguel

Caramelos ubicuos

Cuando yo era niño, los caramelos eran un preciado bien que escaseaba. Lógicamente se consumían en seguida. Ahora los caramelos no parecen ser un artículo fungible. Lo hay en todas partes: en las oficinas, los hoteles, las tiendas. Están a disposición de los clientes, que no parecen muy golosos. Hace un siglo Romanones se los daba a los diputados, regalo que agradecían vivamente. En los aviones actuales, si te ofrecen caramelos es que no te van a dar mucho más. Quizá haya ahora un exceso de glucosa en la alimentación. El hecho es que ha desaparecido la avidez por los caramelos.

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