Alguien tuvo la feliz idea: hagamos un “carril-bus” para que circulen exclusivamente los autobuses municipales. Es como reinventar el tranvía. Luego se añadió el taxi a ese privilegio urbano. En algunos municipios se diseñó un carril-bus con varia fortuna. Si seguimos dándole a la imaginación, pronto veremos el carril-moto. Sería un alivio para los repartidores de comida recién hecha que la llevan a casa. Lo más seguro es que se habilite también un carril-patín, para monopatines (en realidad tablas rodantes) y patinetes, con o sin motor. Lo más permisivo sería un carril para el aparcamiento en segunda o tercera fila.
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