La reciente edición del Diccionario oficial ha admitido el uso de “complicidad” como manifestación de solidaridad o camaradería. Yo añadiría que se suele hacer de una forma íntima o poco explícita. Luego está el significado tradicional de participación en un acto delictivo. Los dos sentidos son tan distintos que casi pueden ser opuestos. De ahí lo peligroso que puede ser el uso de esa palabra. Leo en la sección cultural de El Mundo este titular: “Dario Fo y Franca Rame... 50 años de carrera y complicidad” (28-I-02). Pues no queda claro si esa pareja de cómicos famosos se sienten unidos o colaboran en algún delito.
En el mundo del espectáculo, de los “famosos”, es corriente ahora que entre ellos se sientan cómplices y que introduzcan al público en la complicidad. No es que sea un error, pero sí una confusión. Sobre todo lo empalagoso es el abuso de la palabreja con el significado de uso no tradicional. Son siempre sospechosos los términos no técnicos que acaparan los de un gremio. En donde se ve que los problemas de la corrección lingüística no son tajantes –está bien o está mal– sino más bien de grado y matiz.
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