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Amando de Miguel

Con ánimo de pasar el rato

"¿Por qué tenemos que hablar inglés en estas conferencias? ¿Por qué no se habla francés?". El almirante americano, sin dudarlo, respondió: "Tal vez es porque nos las ingeniamos para que ustedes no tuvieran que hablar alemán por el resto de sus vidas".

Agustín Fuentes se maravilla de la moda actual que consiste en denigrar a los Estados Unidos de América, aunque tantas huellas conserven de España. Ofrece don Agustín tres "respuestas ejemplares" al estereotipo denigratorio que se coloca sobre los yanquis:

  1. Cuando en Inglaterra, durante una gran conferencia, el arzobispo de Canterbury le preguntó a Colin Powell si los planes de USA hacia Irak no eran otra cosa más que construcción del "imperio" por parte de George Bush, éste le respondió lo siguiente: Con el transcurrir de los años, los Estados Unidos han enviado a muchos de sus mejores jóvenes, hombres y mujeres hacia el peligro, para luchar por la causa de la libertad mas allá de nuestras fronteras. Las únicas tierras que hemos pedido a cambio han sido apenas las necesarias para sepultar a aquellos que no regresaron como los miles y miles que descansan en los cementerios de Normandía... Se hizo un gran silencio en el recinto...
  2. Durante una conferencia en Francia, en la cual participaba un gran número de ingenieros de diversas nacionalidades, incluyendo franceses y americanos, en el receso, uno de los ingenieros franceses dijo serenamente: "¿Han escuchado la ultima estupidez de George Bush? Envió un portaaviones a Indonesia para ayudar a las víctimas del tsunami. ¿Qué es lo que pretende hacer, bombardearlos?". Un ingeniero de Boeing se levantó y respondió serenamente: "Nuestros portaaviones tienen tres hospitales a bordo, que pueden tratar a varios cientos de personas. Son nucleares, por lo que pueden suministrar electricidad de emergencia a tierra, tienen tres comedores con capacidad para preparar comidas para 3.000 personas tres veces al día, pueden producir varios miles de galones de agua potable a partir de agua de mar, y tienen media docena de helicópteros para transportar victimas desde y hacia el buque. Nosotros tenemos once barcos iguales. ¿Cuántos buques así ha mandado Francia?". De nuevo, silencio sepulcral.
  3. Un almirante de la Armada de los Estados Unidos estaba en una conferencia naval que incluía almirantes de la armada americana, canadiense, inglesa, australiana, y francesa. Durante un cocktail se encontró con un grupo de oficiales que incluía representantes de todos esos países. Todo el mundo conversaba en inglés mientras tomaban sus tragos, pero de repente, un almirante francés comentó que, si bien los europeos aprenden muchos idiomas, los americanos se bastan tan sólo con el inglés. Entonces preguntó "¿Por qué tenemos que hablar inglés en estas conferencias? ¿Por qué no se habla francés?". El almirante americano, sin dudarlo, respondió: "Tal vez es porque los británicos, los canadienses, los australianos y los americanos nos las ingeniamos para que ustedes no tuvieran que hablar alemán por el resto de sus vidas". ¡Se podría haber escuchado la caída de un alfiler...!

Una vez más, agradezco la simpática colaboración de Miguel A. Taboada, proveedor de historias festivas para esta seccioncilla. Transcribo la penúltima entrega:

Como comienzan las discusiones matrimoniales

Mi mujer se sentó a mi lado en el sofá mientras yo pasaba de canal en canal. Ella preguntó: "¿Qué hay en la tele?". Yo respondí: "Polvo". Y, entonces, la pelea comenzó....

Cuando llegué a casa, ayer por la noche, mi mujer exigió que la llevase a un sitio caro. Entonces la llevé a una gasolinera. Y, entonces, la pelea comenzó...

Mi mujer y yo estábamos sentados en una mesa en una reunión del Liceo y me estaba fijando en una chica borracha que balanceaba su copa mientras estaba sola en una mesa próxima. Mi mujer preguntó: "¿La conoces?". "Sí," dije yo. "Ella es una antigua novia mía... Sé que empezó a beber después de separarnos, hace ya bastantes años y, por lo que sé, nunca más ha vuelto a estar sobria". "¡Dios mío!", dijo mi mujer, "nunca pensé que alguien pudiese celebrar algo durante tanto tiempo?". Y, entonces, la riña comenzó...

Después de jubilarme, fui hasta la Seguridad Social para poder recibir la carta de jubilación. La mujer que me atendió solicitó mi carnet de identidad para verificar mi edad. Busqué por todos lo bolsillos y me di cuenta de que lo había dejado olvidado en casa. La funcionaria dijo que lo lamentaba pero que tendría que ir a buscarlo a casa y volver más tarde. En esto, me dijo: "Desabotone la camisa". Entonces desabotoné la camisa, dejando expuestos mis cabellos crespos y plateados. Ella me dijo: "Este cabello plateado en su pecho es prueba suficiente para mi". Y procesó mi jubilación. Cuando llegué a casa, conté a mi mujer, entusiasmado, lo que ocurriera. Ella me dijo: "¡Vaya! ¿y por qué no te bajaste los pantalones? Podrías haber conseguido una invalidez permanente también...". Y, entonces, la riña comenzó...

La mujer está desnuda, mirándose en el espejo de la habitación. No está feliz con lo que ve y dice al marido: "Me siento horrible; parezco vieja, gorda y fea. Realmente preciso de un elogio tuyo". El marido responde: "Tu vista está cerca de la perfección". Y, entonces, la riña comenzó...

Llevé a mi mujer al restaurante. El camarero anotó primero mi pedido: "Quiero chuletón poco hecho, por favor". El camarero pregunta: "¿El señor no está preocupado por la vaca loca ?". "No, ella misma puede hacer su pedido". Y, entonces, la riña comenzó...

El marido vuelve del médico y la mujer, toda preocupada, le pregunta: "Y, entonces, ¿qué te dijo el médico?". De pronto, el respondió: "A partir de hoy, no haremos más el amor; tengo prohibido comer cosas grasas." Y, entonces, la riña comenzó...

Miguel A. Taboada continúa en su alegre función de proveedor de chascarrillos. El que sigue debe tomarse sin ánimo de denigrar a nadie, sólo como entretenimiento:

La ONU acaba de finalizar la encuesta más grande e importante de su historia. La pregunta fue: Diga honradamente qué opina de la escasez de alimentos en el resto del mundo, por favor. Los resultados no han podido ser más desalentadores. La encuesta ha sido un total fracaso, porque:

Los europeos no entendieron qué significaba 'escasez'.
Los africanos no sabían qué eran 'alimentos'.
Los israelíes no entendieron qué quería decir 'por favor'.
Los estadounidenses preguntaban qué significa 'el resto del mundo'.
Chinos y cubanos pedían que les explicaran qué significa 'opina'.
Y en los parlamentos argentino, colombiano, chileno, boliviano, peruano, brasileño y venezolano, se sigue debatiendo al día de la fecha qué coño es eso de 'honradamente'.

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