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Amando de Miguel

Cuestiones onomásticas

Hay que tener mucha personalidad para ser conocido por el nombre propio. Es el caso de José Antonio [Primo de Rivera y Sáenz de Heredia], Felipe [González o también Borbón y Grecia] o Federico [Jiménez Losantos o antes García Lorca].

A propósito de la consulta sobre el apelativo cartesiano para René Descartes, Guillermo Echevarría (Madrid) lo aclara. El nombre del filósofo en latín era Renatus Carthesius; de ahí, "cartesiano". José Antonio Gallegos Rosillo coincide en esa aclaración y añade otros ejemplos. "Tarraconense" viene de Tarraco, el nombre latino de Tarragona. "Defenestrar" procede de fenestra (= ventana). Se agradece las enmiendas. Cuidado que aprendo yo con los solícitos libertarios que saben tantas cosas.

José Antonio Carro (Zamora) aclara definitivamente que el filósofo René Descartes o René Des Cartes latinizó su apellido Cartes como Cartesius. De ahí, "cartesiano".

Rafael Yáñez se pregunta por qué determinadas personalidades se ven mencionadas en los medios con su nombre completo y apellidos. Por ejemplo, José Luis Rodríguez Zapatero, Federico Jiménez Losantos o Diego Armando Maradona. Es una cuestión eufónica. Si digo "el presidente Rodríguez", puede ser una coña, como también lo es si lo señalo como "el presidente Zapatero". Hay que tener mucha personalidad para ser conocido por el nombre propio. Es el caso de José Antonio [Primo de Rivera y Sáenz de Heredia], Felipe [González o también Borbón y Grecia] o Federico [Jiménez Losantos o antes García Lorca]. Con mi documentación en regla, si me voy a los Estados Unidos, me expondría a ser llamado "Professor Rodríguez", pronunciado "Rodrigües". Francamente, no me sentiría muy identificado. Los que tenemos el privilegio de un nombre propio poco común acabamos siendo conocidos por ese nombre. No hay una norma general, excepto que uno es conocido por la combinación de nombres y apellidos que resulta más eufónica. El uso español del nombre y los dos apellidos responde a la estética trinitaria, la eufonía de tres palabras concatenadas.

Joaquín Gallardo asegura que tiene tres vecinos, abuelo, padre y nieto, que se llaman todos Hermengaudio. Además, hay una nieta llamada Hermelinda. Añado que el sonido erman en antiguo alemán es "grande".

Vicente Sáenz González (Barcelona) recuerda su estadía en Olite (Navarra). Allí había un niño llamado Eucropio. El padre del niño decía que era para estar orgullosos, pues nadie más en el pueblo llevaba ese nombre. Don Vicente anda intrigado con la significación de ese nombre. Para mí que significa algo así como "buen color de cara", aunque no estoy muy seguro.

Juan Carlos Martínez asegura que en Logroño "una buena señora se llama Natividad Muerte", nombre y apellido.

Juan A. Merladet Echevarría arguye que toda la vida de Dios hemos escrito Arístegui, Larreátegui, Arregui, etc. Por tanto, debemos seguir escribiendo Otegui y no Otegi. Por la misma razón, el segundo apellido de don Juan es Echevarría y no Etxebarría.

Antonio González anda algo apenado porque a uno de sus nietos le han puesto el nombre de Cristiano y no encuentra el día para celebrar el santo. Veamos de rellenar ese hueco. Hay un San Cristiano, eremita polaco, cuya fiesta es el 12 de noviembre. En Dinamarca es un nombre muy común en la lista de sus reyes (Kristen). Por la influencia nórdica se ha importado en España con la grafía de Christian. Pero en latín es Christianus y en griego Jristianós, del verbo jrío (= ungir). En hebreo el Ungido es el Masiaj o Mesías.

Antonio-Jorge Serra Mallol me relata una curiosa anécdota onomástica:

Hace muchos años conocí a un señor en Mallén (Zaragoza) de nombre Viator. Era de nacimiento aragonés pero aforado navarro por arrastre. Al comentar la rareza de su nombre, me dijo que lo habían llevado sus antepasados, pero que su mujer no le permitió bautizar a ningún hijo así. Pero me añadió la anécdota siguiente. al iniciarse nuestra última guerra civil, fue llamado a incorporarse a filas. Un coronel de ingenieros lo llamó para incorporarse a su unidad, pues también se llamaba Viator, y le dijo que, para los pocos que había en este mundo, que se viniera con él. Y así pasó todo el conflicto en servicios de reparaciones de retaguardia, sin ver el frente de batalla.

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