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Amando de Miguel

Derecho a dormir

Uno se queja a la policía de que no hay forma de dormir por el ruido de los del botellón. Archivada la queja. Según la policía las leyes protegen a los que utilizan la calle, también si se reúnen para beber. ¿Cómo que no hay leyes? Las juergas callejeras del botellón (jueves, viernes y sábado) suponen una notable alteración del orden público. Bien está que se permita beber en la calle; para eso son las terrazas. El daño está no en beber (allá cada cual), sino en molestar al vecindario. Molesta el ruido, no el alcohol. Dormir es un derecho.

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