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Amando de Miguel

Desarrollo sostenible

He aquí una locución actual, que todo el mundo aprecia sin pensar mucho en lo que pueda significar. Algunos dicen “desarrollo sustentable”, lo cual es todavía más jerigonza. Si el desarrollo sostenible quiere decir que tiene que continuar como hasta ahora, el objetivo es un sarcasmo. En términos por habitante, muchos países (quizá la mayor parte) simplemente no se desarrollan. Si se pretende indicar que el desarrollo no debe acabar con las materias primas, nadie es tan tonto como para pretender lo contrario. La disponibilidad de una materia prima es cuestión de precio. Siempre habrá azafrán (no en España pero sí en la India) para el que esté dispuesto a pagar su precio, cien veces más que el del colorante artificial.

No veo yo que a nadie se le ocurra hablar de “desarrollo insostenible” o de “estancamiento sostenible”. Pues el “desarrollo sostenible” es una expresión igualmente estúpida; otra cosa es que tenga éxito.

Si el “desarrollo sostenible” significa cuidar la naturaleza, eso es algo que se hace cada vez más en los países libres. En valores per cápita el país que más contamina y destroza el medio (no hay por qué insistir en “medio ambiente”) es China. Donde hay poca libertad económica tampoco es mucha la cantidad de otras libertades.

Me temo que “desarrollo sostenible” significa realmente que debemos regalar cuantiosas sumas a los dirigentes de los países con escasa libertad. En cuyo caso, está claro que lo que vamos a sostener es la fortuna personal de esos dirigentes.

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