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Amando de Miguel

Dudas e inquietudes

Está, por ejemplo, la propuesta en serio de eliminar del diccionario el sentido despectivo que se da a la voz "cáncer". De aceptarse tal extravagancia, habría que eliminar otros muchos términos: lepra, loco, virus, peste, epidemia, sarna, etc.

Agustín Fuentes, el insigne polígrafo de Valencia, me cuenta la honda impresión que le causó la intervención televisiva de dos activistas de las víctimas del terrorismo, la Jiménez Becerril y el Santi Abascal (hijo). En efecto, comparto esa misma impresión. Son dos magníficos ejemplares de una nueva raza de políticos conservadores. Como contraste, don Agustín duda de que Rajoy represente ese mismo espíritu batallador que tan necesario es en los tiempos de tribulación que corren. El PP tendría que renovar sus cuadros directivos.

José Antonio Romera se plantea la contradicción de que ciertos partidos, como Convergencia o el PNV, se ocupen de representar a solo una parte de la sociedad española y sin embargo mantengan una representación en las Cortes Españolas. Comparto el mismo asombro. Es difícil de entender cómo es que un parlamentario que se defina exclusivamente como vasco o catalán pueda representar a todos los españoles. Más estupefacto me deja el hecho de que un representante del Estado español, como es el señor Mas, sea partidario de separarse de España. Para mí, ese es un acto de traición. Si él se querellara contra mí por la afirmación anterior, seguramente, en el juicio, el señor Mas se vería representado por un abogado del Estado y yo tendría que solicitar los servicios de un abogado privado.

José María Navia-Osorio (futuro ministro o ministrín de Sanidad) insiste en que a él no le va lo del Facebook, y eso que es un experto en la tecniquería telemática. A mí también me resulta cuesta arriba el facebuquerismo, pero comprendo que me sirve para llegar a un público distinto al que se acerca por otros medios. Don José María me cuenta muchas quisicosas de la política sanitaria asturiana. Sobre el particular tiene fácil hacer un libro. Está, por ejemplo, la propuesta en serio de eliminar del diccionario el sentido despectivo que se da a la voz "cáncer". De aceptarse tal extravagancia, habría que eliminar del diccionario otros muchos sentidos despectivos de palabras como lepra, loco, virus, peste, epidemia, sarna, etc. Me temo que el último episodio sería la desaparición del término "enfermedad". El arbitrismo lingüístico ha sido siempre una tentación de las mentes totalitarias, que no son pocas.

Gonzalo Altozano (maestro de tertulias con fundamento) ha encontrado, por fin, el origen de la frase hecha "ladran, luego cabalgamos". Es un verso de Goethe que cita Shopenhauer. Sospecho que, a su vez, Goethe lo tomaría de algún cuentecillo popular. Desde luego, en el Quijote no está esa expresión, en contra de lo que se dice. Un diez a don Gonzalo por su curiosidad.

Luis Alonso Quijano me pregunta por el porcentaje de la población española afiliada a los partidos políticos. Supongo que es una estadística secreta, pero, de conocerla, sería poco fiable (no registra bien la realidad) y escasamente válida (no sirve para mucho). Sospecho que muchos afiliados no pagan las cuotas y no reciben la baja. La afiliación a los partidos subiría mucho si esos entes renunciaran a las subvenciones públicas. Sería una buena decisión para que aumentara el prestigio de la llamada clase política.

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