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Amando de Miguel

El aire acondicionado

Al principio parecía algo exótico, de lujo, importado. Era tan ruidoso y se regulaba tan mal que resultaba incómodo. Con el tiempo, el aire acondicionado se nos ha metido en la vida cotidiana como una necesidad. Es inimaginable un cine en verano sin aire acondicionado. A veces el aire frío es más bien polar. Es conveniente entonces proveerse de un jersecito como si se paseara por San Sebastián en agosto. La venganza del progreso es que el sistema de refrigeración cultiva una nueva fatídica bacteria, la legionella. Sin llegar a tanto, el artilugio es causa de alergias raras. Mal asunto.

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